La batalla por el voto en Carrús fue evidente desde la misma noche del inicio de la campaña electoral, hace una semana, cuando la alcaldable del PP, Mercedes Alonso, decidió comenzar a pegar sus carteles propagandísticos por la plaza de Barcelona, aunque este hecho no parece que haya ido más allá de ser algo simbólico y diferenciador. Mientras, el candidato del PSOE, Alejandro Soler, está desarrollando una intensa labor de captación del voto en el barrio y así lo demostró el pasado fin de semana con el desembarco de su candidatura en este populoso barrio de la ciudad.

¿Volverá a ser Carrús un barrio decisivo?, ¿mantendrá el PSOE su predominio histórico?, ¿le pasará factura a Soler la política económica de Zapatero como anhelan los populares?, ¿diferenciarán los votantes entre unas elecciones generales y unas locales como sostienen los socialistas?, ¿qué efecto tendrá el paro? En Carrús se ha hablado siempre de política, pero en los últimos días más intensamente y es de esperar que la próxima semana vaya a más. No sólo lo hacen los candidatos y sus respectivos partidos, sino también los votantes a quienes lo que más preocupa en estos momentos es la falta de trabajo y el elevado paro. Para estar al tanto, sólo es necesario acudir a cafeterías y bares.

En el Mesón Paco Hidalgo, en la zona norte del polígono industrial de Carrús, una decena de trabajadores hacen un alto en la jornada laboral para tomar un tentempié en torno a las 10 de la mañana de ayer. Juan Hernández Capilla y Antonio Capilla son, por este orden, amigos, primos y rivales políticos. El primero es de izquierdas. El segundo, de derechas. Ellos podrían resumir a la perfección el pulso político de la calle en Carrús y, quizás, en el resto de la ciudad.

Nada más pedir su opinión entran de lleno en el asunto. "Los políticos no conectan con la gente, van a lo suyo. Soy de izquierdas, republicano, y no estoy de acuerdo con ningún político", apunta Juan Hernández, mientras su primo señala que "yo soy de derechas, y convencido. Los políticos no lo están haciendo bien porque están en la poltrona, no bajan a la calle. Sólo lo hacen en este momento, para pedir el voto, y se les nota mucho. Ahora sí están en los mercados y aceleran obras, porque les interesa, pero hay una falta de interés real por los problemas de los ciudadanos. Ni el que gobierna es tan bueno, ni la alternativa es tan buena", afirma Antonio Capilla. "No vais a ganar porque Botella (exedil del PP ahora en Iniciativa Independiente) ha hecho lo que otros en el PP", declara Juan, para apuntillar que "los que gobiernan no lo han hecho bien, pero tengo que ir a votar porque me parieron de izquierdas".

Manuel Molera pide en la barra y se sienta en una mesa. "Los políticos no se preocupan por nosotros. Yo no soy ni de unos, ni de otros. Considero que deberían ser como padres de familia y tener más compromiso con la gente, preocupándose siempre por ella y no en elecciones. Ahora dicen "Vótame". ¿Para qué?, ¿qué has hecho?, ¿te has preocupado por saber cuáles son los problemas?".

Francisco Hidalgo, propietario del establecimiento, también participa. Es evidente el malestar con la política económica del Gobierno central. "Los sindicatos deberían haber hecho algo más por los trabajadores porque un pueblo trabajador como el de Elche no hay que dejarlo caer. El pueblo está unido, los que no lo están son los políticos, que da vergüenza oírlos, y los sindicatos, durmiendo".

Pablo Vázquez comenta que su interés por la política "es todo el año. No se trata de sacar banderas cuando vienen las elecciones. Me preocupa la gente que no tiene trabajo, pero sabemos que el paro que hay no es real. Sólo hay que ir a los polígonos y ver la gente que está trabajando".

"Yo estoy contento donde estoy y como está el pueblo", sostiene Andreas Altet. "está muy bonito y no tengo el porqué cambiar. Elche ha mejorado mucho", indica, mientras Manuel Hurtado expone que los políticos "son todos unos mentirosos. Todos mienten para ganar un voto", y Domingo Ayala opina que "no vemos a nadie capaz de sacar esto para adelante. Mucho hablar, pero poco hacer. Yo no voy a votar".

Una hora antes, en el entorno del Jardín de Andalucía, en el Café Zodiac, donde se sirven desayunos muy completos por tan sólo un euro, hay una nutrida clientela, la mayoría femenina, parte de la cual se aviene a hablar de política sin complejos, ni tapujos. La palabra paro es la que más sale de los labios de las interlocutoras. "Me preocupa el paro y la solución que se le puede dar", plantea Antonia Muñoz, quien añade que "la Generalitat nos tiene descontentos. Llevamos cuatro años esperando el comedor para el colegio Blasco Ibáñez".

"La gente joven y el trabajo me tiene preocupada", comenta María Asunción Sabuco, quien irá a votar, porque "siempre he participado. A Zapatero tenemos que cambiarlo". Su compañera de mesa, Clara Ricarte, diferencia entre elecciones municipales y generales. "Me preocupan más las elecciones del país que las del pueblo. El pueblo lo lleva muy bien Alejandro Soler. Carrús está muy bien cuidado, con jardines, centros sociales, pero Zapatero...".

En otra mesa, Natalia Gómez opina que "el que está dentro, está bien y, para que entre otro que se llene los bolsillos, más vale malo conocido que bueno por conocer. Con Alejandro Soler estoy contenta". Su acompañante, José Francisco Rodríguez, considera que el socialista "es el mejor alcalde que ha habido hasta ahora. Lo está haciendo muy bien, lo mismo que la alcaldesa de Alicante, que también lo está haciendo muy bien. Crisis hay en toda España, no tiene la culpa".

"En este barrio hay muchas zonas verdes, pero necesitaríamos un autobús de punta a punta de la avenida de la Libertad", reclama María Carmen Jiménez, mientras Antonia Cortés y Mavi Rodríguez asienten cuando se plantea que lo que les preocupa el desempleo.

En otra mesa, Laura Arrabal considera que los políticos "sólo se acuerdan de nosotros cuando llegan elecciones. Mientras, no hacen nada, aunque este alcalde ha hecho bastante, ha hecho muchas zonas verdes". El marido de Laura está dos años parado y no puede ser que los extranjeros estén trabajando sin contrato. Primero debemos ser los españoles. A los inmigrantes se les dan muchas ventajas en las guarderías". "Tienen un montón de becas y ayudas", apunta Victoria Manchón.

"Esta zona vota PSOE", apunta una clienta desde una mesa, mientras otra, María Carmen Lillo, tres años en paro, comenta que "quiero un puesto de trabajo, el que salga. En los colegios, trabajan para el Ayuntamiento mujeres de 17 a 22 horas por 900 euros, con cuatro pagas más. Vas a limpiar a las empresas y te pagan a 3 euros, 150 euros al mes. ¿Es normal que el Ayuntamiento dé esos jornalazos?". "Sí lo es, lo que no es normal es lo que hacen las empresas", le replica Francisca Romero. "Pues si es normal, que me metan urgente en el Ayuntamiento", señala María Carmen Lillo, quien añade que "un padre de familia está cobrando ahora 400 euros por trabajar 12 horas diarias en el calzado. ¿Con eso se puede pasar?". Una de las medidas a adoptar, según ella, es con los inmigrantes. "Deben irse. Primero somos nosotros".

Francisca Romero sólo pide "trabajo para mis hijos y mis nietos. Ya hay cinco millones de parados...Los políticos deberían bajarse el sueldo. No hay derecho que uno cobre 3.000 o 4.000 euros y otros no tengan para comer". "Yo fui a Alemania, pero con contrato", afirma Juan Antonio Muñoz, en cuya opinión "hay que echar a Zapatero, a la calle. A ver si quien entra es mejor, aunque la cosa irá a peor, porque, por desgracia, vamos a peor".

Un distrito estratégico tanto para Soler

como para Alonso

Los votantes de Carrús fueron los que dieron hace cuatro años la Alcaldía de Elche al PSOE. La candidatura de Alejandro Soler obtuvo 14.860 votos en esta zona de la ciudad, frente a los 9.004 que logró la alcaldable del PP, Mercedes Alonso, en el marco de unos resultados globales en los que los socialistas consiguieron 43.595 votos y los populares, 43.483. Pero en Carrús, en concreto en la zona este, se registró el mayor porcentaje de abstención, ya que la participación fue del 58,5%, frente al 62,81% de promedio en la ciudad. Cuatro años después, la estrategia del PP va encaminada a acortar distancias en este bastión socialista en el que los populares presumen que pueden beneficiarse por el descontento que provoca el paro. Por contra, el PSOE exhibe su gestión, con actuaciones como la reforma de la avenida de Novelda o el jardín 1 de Mayo, para mantener la distancia con los conservadores.