Con menor asistencia y participación que el pasado año, en esta ocasión por culpa de la lluvia que hasta cierto punto deslució el acto, el III Campeonato Mundial de Lanzamiento de Hueso de Dátil volvió a convertirse ayer en toda una fiesta en el barrio de Altabix.

La alegría y la competición sana volvieron a ponerse de manifiesto bajo los paraguas y la carpa dispuesta al efecto en el Huerto de La Cuerna. No obstante, el terreno de la prueba, un manto verde, permaneció al descubierto, con lo que los participantes tuvieron que luchar, además de con el rozamiento del aire, contra las gotas de agua, lo que, por otra parte, contribuyó posiblemente a que en esta ocasión no se lograra batir el récord del pasado año, establecido en 12,9 metros.

Ayer, el encargado de llevarse los 100 euros de premio único (el pasado año el trofeo consistía en un lote de productos ilicitanos), fue Jonathan Sánchez, de 25 años y vecino del propio Altabix. Su técnica depurada: "tal vez fumarte un cigarrito antes y luego tener suerte", dijo ayer nada más recibir el premio de manos del alcalde, Alejandro Soler, otro ilicitano que quiso sumarse a esta convocatoria.

Jonathan pudo al final con todos, la gran mayoría hombres, incluso con el campeón de las dos ediciones anteriores, Francisco Tomás Gómez, quien explicaba que en su caso el secreto estaba en hacerse con un hueso de dátil gordo o que pesara bastante para poder formar así en lo posible una bola antes de lanzarla.

"Lo importante es no atragantarse", animaban mientras tanto desde la organización, la Asociación Cultural y Deportiva Penya Altabix, que trajo a la cita 10 kilos de dátiles.

Los participantes pudieron intentarlo cuantas veces quisieron. Sólo tenían que escupir el hueso de dátil desde detrás de una cuerda. Una vez completada la prueba, dos integrantes de la organización comprobaban si algún hueso había superado al anterior. De ser así, medían la distancia y colocaban una pequeña palmera como referencia de la nueva marca.

Durante media hora fueron muchos los que lo intentaron una y otra vez, con música de animación de fondo y los espectadores pendientes, intentando adivinar la trayectoria del hueso que, entre la velocidad que tomaban y la lluvia, en ocasiones era complicado de seguir.

Para la próxima edición, la cuarta, los organizadores avanzaron que establecerán dos categorías, una infantil y otra para adultos, de manera que el peculiar concurso, excusa para la convivencia y la diversión, vaya cada vez a más.

La citada asociación también organizó ayer con gran éxito la llamada Cursa del Dátil. Medio millar de personas tomaron parte. Los ganadores fueron en adultos Joel Ferrer, Cristina Maciá, y en infantil, María Isabel Más y José María Murcia.