Después de una Semana Santa inestable, y de abrir los paraguas por la llegada de la lluvia también en este puente del Primero Mayo, los ilicitanos y turistas quisieron aprovechar ayer los rayos del sol que lucieron durante todo el día. Así, las playas de la ciudad fueron uno de los destinos escogidos para disfrutar del buen tiempo, antes de que las nubes volvieran a cubrir el cielo.

Así, el primer domingo de mayo, la costa ilicitana pudo recuperarse tras dejar atrás el pasado fin de semana lluvioso, que tampoco animó a salir a la playa. Con ello, ayer la orilla del mar de playas ilicitanas como la de Arenales del Sol se llenó de toallas, hamacas y sombrillas y numerosas familias pasaron el día junto al calor del sol. Una imagen que sirvió para recordar, al menos por una jornada, que la llegada del verano está más cerca. "Hemos visto que hoy ha salido el sol y nos hemos bajado corriendo a la playa antes de que se nuble", comentaba una vecina de Arenales. El paseo de la pedanía ilicitana también notó el aumento de viandantes, que quisieron aprovechar las buenas temperaturas para dar un paseo, patinar o montar en bici. "Después de la lluvia de ayer, nos hemos animado a dar una vuelta, hay que aprovechar el buen tiempo", señalaba otra pareja.

Sin embargo, la inestabilidad del tiempo de este puente también ha tenido sus efectos en los populares chiringuitos. Muchos de los negocios ubicados a pie de playa no se han arriesgado a abrir estos días y otros no han recibido demasiados clientes. Un ejemplo de ello, lo corrobora Bernardo Escudero, que afirmó "llevamos dos fines de semana muy malos, cuando no llueve, abrimos, pero la gente todavía no viene a sentarse todavía a los chiringuitos, o bajan a la playa y se sientan o pasean, ha sido una temporada muy floja para la hostelería".