La Semana Santa vivió ayer un Jueves Santo cargado de intensidad. El fervor popular y la religiosidad convocó a muchísimos ilicitanos que presenciaron las procesiones de las diferentes cofradías y hermandades que salieron a la calle. Pese a que la lluvia puso en vilo a los cofrades durante la mañana, por la tarde el cielo ofreció un respiro y las procesiones pudieron salir con normalidad.

La primera cofradía en salir a la calle fue la de la Santísima Sangre de Cristo y María Santísima de la Salud que partió, rumbo al centro de la ciudad, desde la parroquia de San Antonio Abad, en el barrio de San Antón, efectuando el recorrido más largo de la Semana Santa ilicitana.

Los dos tronos de esta cofradía cogieron caminos distintos al llegar a la zona centro para volver a encontrarse en la Plaça de Baix y escenificar la reverencia de la María Santísima de la Salud al Santísimo Cristo de la Sangre, seguida por multitud de personas.

No obstante, la primera cofradía que pasó ayer por la Plaça de Baix fue la de Oración en el Huerto, con Jesús rezando en un huerto típico ilicitano donde destacó una gran palmera datilera con varios pardalets, entre naranjos y granados, mientras su cofrades repartían caramelos al público.

Máxima expectación

Cargado de emotividad estuvo el Encuentro de la Paz entre el Santísimo Cristo de la Fe y María Santísima de la Esperanza. Estas imágenes salieron, rodeadas de una gran expectación, de la parroquia de El Salvador, y volvieron a protagonizar un encuentro cargado de sentimiento en la Plaça de Baix, donde la intensidad de Jueves Santo subía por momentos.

La Hermandad de la Caridad también reunió a un buen número de ilicitanos que vivieron con emoción su salida desde laparroquia de San Juan. Esta Virgen recorrió un buen número de calles del barrio de El Raval.

Por su parte, la procesión del Silencio volvió a dejar imágenes sobrecogedoras con el Santísimo Cristo de la Misericordia que recorrió con la única iluminación de las velas las calles del centro de Elche que ayer eran un hervidero de gente.

A media noche estaba previsto que el Santísimo Cristo de Zalamea saliese en procesión. Una imagen, que pese a su pequeño tamaño, cada año congrega miles de fieles que le acompañan en su peregrinar desde que sale de la parroquia de San José.