La sección séptima de la Audiencia juzga hoy a los dos policías que custodiaban al nigeriano que falleció en un avión que había partido de Madrid con dirección a Laos y que aterrizó en El Altet cuando el comandante de la aeronave detectó cerca de Argelia que el detenido había fallecido.

En sus conclusiones provisionales el Ministerio Público solicita tres años de prisión para cada uno de los dos policías nacionales que acompañaban al fallecido, así como tres años de inhabilitación especial para el desempeño de su profesión y una indemnización conjunta de 180.000 euros para los herederos del finado.

Según el fiscal, la fuerte oposición del nigeriano para ser repatriado llevó a los agentes a inmovilizar a esta persona con cinta adhesiva que colocaron alrededor de sus brazos y piernas mientras que lo trasladaban y lo custodiaban en el aeródromo madrileño. A la vista de la gran excitación que presentaba el entonces detenido "los acusados le colocaron una cinta adhesiva -sin que existiera protocolo u orden alguna que permitiera su uso en este tipo de actuaciones policiales, máxime dado el estado de alta agitación en el que se encontraba el súbdito nigeriano- alrededor de la cabeza, tapándole la boca, impidiendo sobremanera la respiración del mismo".

El fiscal apunta a que esta circunstancia unido al enorme esfuerzo realizado por el fallecido para zafarse de los policías "y su consecuente falta de oxígeno, con la oclusión de una de las vías respiratorias, produjo en el nigeriano un cuadro clínico que le causó una parada cardio respiratoria y asfixia por sofocación lo que originó su muerte".