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El colegio de Nuestra Señora del Carmen, conocido como "Las Carmelitas" celebró ayer un acto enmarcado dentro de las celebraciones del bicentenario del nacimiento del fundador de Las Carmelitas Misioneras Teresianas, Francisco Palau, así como de los 150 años de esta congregación religiosa. Josefa Pastor, natural de Crevillent, pertenece a ellas desde 1965 y acaba de publicar un libro titulado "Trayectoria y testimonio de las Carmelitas Misioneras Teresianas en Elche", tercer tomo, "Guerra Civil y refundación" en el que narra la labor de las Carmelitas desde su llegada a la ciudad y esta etapa de la historia desde el punto de vista de las personas.

En noviembre de 1904 se inauguró el primer colegio de las Carmelitas. ¿Cómo han evolucionado desde entonces?

Las hermanas llegaron aquí en 1904 solicitadas directamente para el campo de la enseñanza. Crearon el primer colegio femenino religioso en Elche. Mucho más tarde llegaron las Jesuitinas y posteriormente los Salesianos. Ya en sus inicios se presentó como un colegio católico abierto a la pluralidad y el respeto a las personas. Su evolución ha sido grandiosa en cuanto a progreso y atención de educación.

¿Qué aspectos ha tratado en el libro?

Se trata de una separata de casi 4.000 páginas y algunas de ellas las dedico a Elche. He intentado sacar a la luz algunas cosas inéditas centrándome en los momentos más duros, como la gripe española en 1918. Muchas hermanas dieron su vida para ayudar a las personas y su heroicidad ha sido muy importante. Y sobre todo ilicitanos que han contribuido hasta el momento de la fundación del primer colegio.

La Guerra Civil ocupa un lugar destacado en esta publicación. ¿Cómo la ha plasmado?

Intento explicar qué personas intervinieron, desde párrocos hasta políticos. En Elche la represión fue terrible. Si dura fue la Guerra, la represión lo fue también. Y la labor de las hermanasdurante este tiempo fue costosa pero muy positiva.

Tras ella, ¿qué cambios experimentó el segundo colegio de las Carmelitas, actualmente sede de la Universidad CEU?

Tras la Guerra Civil tuvimos que partir desde cero. Para comprar el edificio del antiguo colegio de las Carmelitas las hermanas hicieron un esfuerzo heroico. En 1936 fue sede de ambos bandos y tras la guerra estaba lleno de cadáveres. Fue una etapa muy cruenta.

¿Le ha resultado fácil tratar esta etapa de la historia?

No es fácil hablar de la posguerra, porque la información que estamos recibiendo de unos años a esta parte me parece parcial. La memoria histórica está de moda, pero de una forma sesgada. Sólo la ofrecen desde una parte. Debería hablarse de una memoria histórica agradecida. Habría que establecer un equilibrio entre lo que se nos ha enseñado de un lado y lo que ahora se nos está mostrando desde otro. En el libro he intentado ser lo más objetiva posible y contar las cosas como me parece que sucedieron. Cuando se escribe la historia no se puede hacer desde un ángulo determinado, sino que hay que narrar los hechos como en realidad ocurrieron. Esto no es fácil y hoy día es más difícil.

¿Qué destacaría del fundador de las Carmelitas Misioneras Francisco Palau? ¿Le ha dedicado alguna mención?

El libro no está dedicado específicamente a él pero sí que en alguna ocasión le hago referencia. El padre Palau habla de una Iglesia pueblo. Cada persona es objeto del amor único de una carmelita del padre Palau. Si este espíritu de familia y este nuevo modo de entender la Iglesia no lo transmitimos, no deberíamos tener ningún colegio.