La Universidad Miguel Hernández genera al año cerca de 25.000 kilos de residuos peligrosos, una cantidad que se ha estabilizado en los dos últimos años después de un crecimiento continuado.

"La UMH cuenta con cuatro campus productores de residuos peligrosos inscritos en el registro de pequeños productores de residuos peligrosos de la Comunidad Valenciana. A su vez, dichos campus cuentan con pequeños centros productores de residuos peligrosos, independientes entre sí (institutos, departamentos, escuelas, facultades, etcétera.) que cuentan con estancias (laboratorios, talleres...) donde se produce el residuo. En la UMH hay un total de 26 centros productores de residuos distribuidos en sus cuatro campus", según informan desde la institución académica.

Los campus que más desechos peligros generan son Elche y Sant Joan, que prácticamente se encuentran al mismo nivel en este sentido. En Elche, en 2008 y 2009, se generaron cada año cerca de 10.750 kilos; y en Sant Joan, 10.575 en 2008 y al año siguiente, 9.957.

A mucha más distancia en este concepto se encuentran las sedes de Orihuela, que en 2009 generó 2.895 kilos de residuos peligrosos; y Altea, que en ese mismo año contabilizó 1.260 kilos.

En cinco años, desde 2005 a 2009, la UMH ha aumentado sus basuras más comprometidas en un 44%, evolucionando de los 17.175 kilos, a los 24.813.

Centros científicos

La Facultad de Ciencias Experimentales, el Instituto de Biología Molecular y Celular, y el Instituto de Bioingeniería, todos en Elche, son los centros que más desechos de este tipo generan en la UMH.

"Los residuos peligrosos se producen, en su mayoría, en las actividades docentes (prácticas de laboratorio o taller con el alumnado) o en las actividades de investigación. Además, mediante la recogida selectiva de pilas salinas y alcalinas llevada a cabo por la UMH, se están recogiendo residuos peligrosos procedentes de domicilios particulares, y no generados por la propia actividad universitaria. Este tipo de residuos se recogen mediante contenedores ubicados en diferentes edificios de los campus, en ecopuntos", según se informa desde la institución docente.

El grupo de residuos más abundante es el de biosanitarios y biológicos, que representa cerca del 38% del total de elementos tratados. Disolventes no halogenados (12,2%), residuos citotóxicos (10%), sales, compuestos de mercurio, cromo y metales pesados (7,3%), así como envases vacíos contaminados y vidrio pyrex (5,4%) son los siguientes elementos más comunes que se gestionan.

Los residuos desconocidos o altamente peligrosos representan el 0,13%, y las sustancias cianuradas, el 0,38%, mientras que aceites, grasas, hidrocarburos y combustibles no alcanzan el 0,85% del total.

Precisamente, la Universidad Miguel Hernández acaba de sacar a licitación su servicio de recogida y tratamiento de residuos peligrosos. Para ello, ha establecido un presupuesto base de licitación de 237.600 euros para dos anualidades.

En definitiva, los cuatro campus de la UMH, Altea, Elche, Sant Joan y Orihuela, son productores de estas basuras consideradas peligrosas, que deben ser recogidas y tratadas en unas condiciones muy específicas.

Nueva piscina cubierta y traslado de la carpa desmontable

El campus de Elche va a intentar contar, para dentro de algo más de un año, con una piscina cubierta y climatizada, de manera que se pueda utilizar todo el año. Será semiolímpica -25 metros de largo- y se ubicará en una zona inferior junto a la actual.

En noviembre de 2009, la Universidad se veía obligada a cerrar su piscina olímpica ante un grave problema de humedades, concretamente en la estructura de madera que soportaba la carpa desmontable. La infraestructura deportiva, de dimensiones olímpicas, abrió sus puertas a finales de 2005 y dos años después se acometían las obras para cubrirla con una especie de toldo desmontable. Esta actuación añadida supuso para la Universidad una inversión de 1,2 millones, un gasto que no se quiere echar a perder.

En este sentido, desde la UMH se ha informado que se está ultimando un proyecto para trasladar la actual estructura de madera de la piscina a las pistas polideportivas adjuntas, de manera que el campus cuente próximamente con un nuevo espacio multiusos.

Además de la práctica de futbito, baloncesto o balonmano, el recinto con la carpa permitirá albergar conciertos, actos culturales, y otras citas lúdicas en los meses de más frío y a cubierto.

Paralelamente, aunque habrá que esperar algo más de un año, y tras el fiasco de la piscina cubierta, la UMH no quiere repetir el mismo error y a sabiendas de que necesita un recinto cubierto, ya ha encargado la redacción de un proyecto para una instalación algo más pequeña.

En concreto, de los 50 metros de largo por 20 de ancho de la actual, la nueva será de dimensiones 20x16, con 8 calles y una profundidad de 1,5 metros. La olímpica supone unos 2.200 metros cúbicos de agua, mientras que la nueva se espera que ronde los 600, es decir, un 23% de lo que representa la actual.

En este punto, la UMH destaca, además, que energéticamente también se va a ahorrar un importe considerable al calefactar un volumen notablemente menor de agua. La piscina se va a hacer sobre todo pensando en los estudiantes de Ciencias de la Actividad Física y del Deporte.