Boquiabiertos se quedaron los niños de la escuela infantil Don Julio de Elche que ayer recibieron la visita majestuosa del guardacostas Cantó, el legendario personaje que anunció la aparición en la playa del arca de la Virgen.

Su indumentaria, su llamativa capa, cómo blandía la espada o el noble comportamiento del caballo fueron algunos de los elementos con que se quedaron los pequeños y que luego, maravillados, relataron a sus padres impacientes en el camino a casa.

La mañana amenazaba con lluvia y por eso los responsables de la escuela temían que finalmente no pudieran salir al patio para recibir a Cantó y su caballo. No obstante, las precipitaciones surgieron justo cuándo el guardacostas se despedía de los niños, 114 en total, de 9 meses hasta dos años, que ayer tuvieron una jornada muy especial.

El día arrancaba con la lectura del cuento de Cantó: "Cant de Cantó", una dramatización de su historia y de su significado para la ciudad de Elche y que se llevó a cabo a través de un teatro-guiñol.

Para que no faltara de nada, el abuelo de una de las niñas grabó el ruido de las olas, el sonido de las gaviotas, el trote del caballo, o las campanas de Santa María, con lo cual los pequeños ya disponían de más herramientas para imaginarse qué es lo que ocurrió, y sigue ocurriendo, en la playa del Tamarit, pero también en la ciudad.

En ese teatro-guiñol, incluso con una réplica a escala reducida del arca de la Virgen, se narraron de manera casi mágica los momentos más destacados de la historia protagonizada por Cantó.

"El objetivo es acercar las tradiciones de Elche en edades tempranas", señala María Ángeles Román, directora de esta escuela infantil y que ya el pasado año pudo contar con la visita de Cantó.

Tras el cuento, un heraldo -una educadora- anunció, con un bando rimado en valenciano, la llegada del famoso guardacostas, momento en que los pequeños, pertrechados con sus respectivas capas, salieron a recibirlo.

Separados por una valla de seguridad, Cantó fue recibido con la admiración de los pequeños y también en medio de un cierto respeto ante la altura de su figura subida al caballo.

Pasados los momentos iniciales, los niños poco a poco fueron cogiendo confianza y pudieron acercarse al jinete, incluso subirse en algún caso al caballo, y por supuesto hacerse fotografías con el llamativo invitado y el personal de la escuela.

A la invitación no faltaron tampoco la concejala de Educación, Blanca González, ni el presidente de la Sociedad Venida de la Virgen, José Antonio Román Parres, a quien la dirección de la escuela agradeció ayer la colaboración para hacer que los niños ilicitanos puedan ir asimilando los aspectos más genuinos de su historia.

También fue de importancia la ayuda de los alumnos del taller de empleo municipal Elche IV, quienes recortaron el arbolado del centro para que el caballo pudiera pasar, así como el arreglo de la jardinería.

Encantados fue, en cualquier caso, el estado en que quedaron estos niños, entre los que se encontraba precisamente el hijo de Francisco Sanmartín Maciá, el Cantó que desde el pasado año ejerce como tal y que ayer acudió a la escuela infantil Don Julio.

El centro cumple así con su programa didáctico en el que a lo largo del curso da a conocer, desde El Misteri hasta la importancia del Palmeral, a todos sus alumnos quienes ayer, al grito de Cantó: "¡Il.licitans, a la playa!", respondieron, los que sabían hablar, "¡Vixca la marededéu!".