El ilicitano Luis Albentosa, vocal de la Comisión Nacional de la Energía, compartió ayer el habitual encuentro veraniego que desde hace años viene celebrando el Rotary Club de Elche en el restaurante Varadero, en Santa Pola. Albentosa analizó la coyuntura económica del país.

¿Qué nos espera en los próximos meses?

Después de seis meses cayendo la actividad económica, en el primer semestre de este año se ha empezado a crecer. Empiezan a verse eso que se llaman "brotes verdes". Hay indicios de recuperación. Lo más importante ha sido el cambio radical que ha dado la política económica del Gobierno hacia la restricción de presupuestos y eso, más la aparición de los test de estrés de la Banca española, ha hecho que la prima de riesgo de la economía española haya caído a la mitad. Los mercados monetarios empiezan a vernos con mayor credibilidad. Sin embargo, yo creo, y en contra de lo que pudiera pensarse por la evolución de estos dos primeros trimestres, que el segundo semestre va a ser peor. Vamos a volver a recaer, incluso el primer semestre del año 2011 volverá a recaer la actividad económica como consecuencia, sobre todo, de la restricción presupuestaria. El Gobierno está haciendo unos recortes de gasto público muy grandes que van a tener su incidencia en una desaceleración de la actividad económica.

¿No parece esto un contrasentido si lo que se pretendía era la recuperación?

Aparentemente lo es, pero los mercados monetarios nos exigen eso y, además, con razón. Lo que tenemos que hacer es reducir la actividad presupuestaria y, poco a poco, vendrá acudiendo la financiación. A corto plazo las medidas del Gobierno son buenas, pero no tendrán sus efectos positivos hasta dentro de doce o quince meses.

¿No han llegado demasiado tarde?

Han llegado tarde. Deberían haberse tomado quince o más meses antes. Ahora bien, demasiado tarde, nunca porque siempre es mejor, aunque sea tarde, que nunca.

¿Qué opina del proceso de fusión de las cajas de ahorro?

Las cajas de ahorros habían cometido unos excesos muy grandes y tenían unas asignaturas pendientes. Se trata de unos procesos de concentración de marcas, a nivel de oficinas y de plantillas. Había demasiadas cajas. Las cajas tienen la misma tecnología que cualquier banco, pero con el doble o triple de plantillas y de oficinas. Esos ajustes había que hacerlos. Además, hay otro cambio necesario y hay que decirlo sin ambages y sin eufemismos: Hay que quitar a los políticos de segunda fila que son meras pantallas de la clase política. La clase política no tiene porqué manejar el sistema financiero y una parte tan importante de ese sistema, como son las cajas. Lo que hay que hacer es profesionalizar y quitar a los políticos advenedizos; quitar a los que están al servicio de una política rastrera que, además, no ponen ningún criterio profesional a la hora de la concesión de créditos. Así estamos con lo que tenemos: multitud de inversiones ruinosas adoptadas en los últimos años.

¿Qué futuro le augura al sector de la construcción?

La crisis española es más crisis específica nuestra que crisis financiera y es el resultado del final de un larguísimo ciclo sustentado en la construcción de viviendas. Va a tardar mucho en recuperarse porque en este momento se estima que pueden haber todavía un millón de viviendas vacías. Hasta que no se vayan colocando va a ser difícil que el sector se recupere. Lo lógico sería que los precios sigan bajando y se vaya retirando ese stock vía alquiler o propiedad, pero los propietarios se niegan o se resisten a aceptar esta caída de los precios. Eso va a hacer mucho más lenta la recuperación de este sector.

¿Le parece lógico la convocatoria de una huelga general?

De ninguna de las maneras. Otras economías europeas han visto reducir su producto interior bruto mucho más que la española y, sin embargo, el empleo se ha destruido mucho menos. Esto pone de manifiesto que tenemos una legislación laboral bastante antigua e ineficiente. Hay que mejorarla y los sindicatos deberían de preocuparse un poquito más de los que están en el paro que de los que están con empleo y deberían aceptar reducciones salariales para que no se destruya más empleo.

Usted ya hablaba hace dos años de que había que ir hacia un salario de equilibrio como forma de defender el puesto de trabajo.

Sí y actualmente los convenios colectivos, tal y como ha recogido la Prensa económica, se están firmando con crecimientos salariales del 1%, el más bajo de la historia. Eso quiere decir de que los trabajadores se están dando cuenta de que prefieren una moderación salarial antes que perder el empleo. Yo personalmente creo que en muchos casos los salarios deberían moderarse aún más para salvar los puestos de trabajo.