Tumbado en una sombrilla, sumergido en el mar o sentado en el chiringuito, las principales preocupaciones suelen ser la crema protectora, las picaduras de las medusas o las calorías de los pinchitos. Sin embargo, cuando se convive con las miles de personas que, durante el verano, residen en Los Arenales del Sol, el murmullo de las olas y la música de los cafés coexisten con las demandas y las quejas.

En este escenario, cuando algunos ultiman sus horas de vacaciones y otros se preparan para afrontar el mes de agosto, algunas polémicas se han mezclado con la satisfacción por las nuevas pasarelas y el estado de las playas. La más candente parece ser la que han protagonizado, en las últimas semanas, los viandantes, ciclistas y patinadores que frecuentan el paseo San Bartolomé de Tirajana.

La portavoz de la asociación de vecinos, María Jesús Rodríguez, asegura que esta situación ha provocado graves heridas a muchas personas y que, para ponerle fin, tienen previsto reunirse con el concejal de Seguridad Ciudadana, Emilio Martínez, a quien le pedirán que prohiba esta práctica y la trasladen a otra zona porque, en su opinión, "el paseo es para pasear". Por el contrario, José Vicente García, que ocasionalmente utiliza este medio de transporte, defiende su "derecho a circular por la acera" antes de afirmar que "la mayor parte de los patinadores respeta a los vecinos". Y en medio de estas posturas, Francisco del Río, el acalde pedáneo, considera que "la mejor solución no es prohibir, sino delimitar una zona para que todos puedan convivir".

Pero además de esta discusión, Mar Martín y Estefanía Miralles, que atienden las quejas en la Oficina de Turismo, señalan que las demandas se centran en la falta de limpieza en algunas calles y en los desperfectos que sufren algunos lavapiés. Sobre este asunto, Carmen España cree que se debe a los actos vandálicos de algunos jóvenes, por lo que pide "mayores medidas de seguridad".

El principal responsable de esta cuestión en la localidad, Benito Moreno, considera, por su parte, que el verano está siendo "más tranquilo que otros años" en aspectos como los robos o la rotura de lunas de vehículos. Sin embargo, esta opinión contrasta con la de David Peña, que denuncia el peligro que supone el mal estado del asfalto en muchas calles mientras, ataviado con un bañador, se sube a su coche.

De esta forma, el placer del baño se mezcla, cada día, con las molestias de algunos de los que transitan por las aceras o las calzadas. Por eso, aunque el sol refleja en el agua y las nubes no se acercan a la sombrilla, estos límites no están tan claros en la vida cotidiana de los vecinos de Arenales.