Riegos de Levante arremetió ayer contra la Generalitat Valenciana después de acusarla de ser la única y absoluta responsable de permitir que El Hondo haya iniciado el camino hacia su muerte como parque natural.

Tras augurarlo semanas atrás, finalmente las peores predicciones se están empezando a cumplir. La junta de gobierno de Riegos de Levante denunció ayer oficialmente la existencia de una gran mortandad de peces en el embalse de Levante, el cual prácticamente se da por seco y por perdido durante varios meses por los regantes.

Esta situación, según la entidad de riego, va camino de reproducirse próximamente en el otro gran embalse que conforma El Hondo, el de Poniente, mientras se cuentan los días para que el botulismo aparezca y empiece a acabar también con la vida de las aves, algunas de ellas protegidas y con su único punto de nidificación en toda Europa en este enclave.

Miles de peces han aparecido muertos en el escaso espacio del embalse de Levante donde todavía queda agua. Esto se debe, según los biólogos, a la falta de oxígeno en el agua y a la alta salinidad que ha alcanzado esta zona, al no renovarse los aportes hídricos en muchos meses.

El presidente de esta comunidad de regantes, Manuel Serrano, visiblemente indignado declaraba que "es el peor momento de El Hondo en los últimos 20 años", para agregar que "es posible que en dos o tres años no se pueda utilizar" y que "esto es la crónica de una muerte anunciada". En definitiva, para Serrano, "ha habido un cúmulo de despropósitos increíbles"

"Ni presente, ni futuro"

El portavoz de la junta de gobierno de Riegos de Levante, Ángel Urbina, manifestaba por su parte que "el embalse de Levante está totalmente seco, con miles de peces muertos y toneladas de sal, y va a quedar inutilizado hasta que no se limpie", algo que se estima que se prolongará durante tres o cuatro meses, hasta que la tierra se endurezca y puedan entrar las máquinas para renovar los suelos del embalse. Esto, entre otras cosas, significa que no estará preparado para acoger las lluvias de septiembre y octubre y, por tanto, no podrá cumplir con su función de embalse regulador. "El Hondo no tiene ni presente, ni futuro", decía ayer Urbina.

En febrero de 2009 se firmaba con la Conselleria de Medio Ambiente un acuerdo por el cual todas las partes implicadas en El Hondo quedaban en principio satisfechas. Sin embargo, aquello quedó en meras palabras y no se llevó a su aplicación, con lo cual sigue inalterable el popularmente conocido como decreto de la malvasía de 2005, que desde el 1 de febrero hasta el 31 de agosto impide cambios bruscos de agua en El Hondo.

Esto para los regantes significa que no se permite ni la entrada de agua para renovar los recursos hídricos, ni tampoco desecar los embalses para evitar el temido botulismo, una toxina que provoca la muerte de peces y aves y que se ve propiciada por aguas estancadas sometidas a altas temperaturas.

"Somos víctimas del decreto de la malvasía de 2005 que no nos deja gestionar El Hondo convenientemente", según Urbina, quien recuerda que el 14 de junio Riegos de Levante advirtió por enésima vez de la crítica situación de El Hondo y de sus posibles soluciones directamente a María Ángeles Centeno Centeno, directora general de Gestión del Medio Natural, sin que hasta la fecha hayan registrado contestación alguna.

De igual modo, desde esta entidad de riego, que agrupa a 20.000 comuneros, se subraya que la Generalitat sabe de este panorama y de este episodio de mortandad, mientras que el conseller responsable, Juan Cotino, visitó a mediados de julio El Hondo y señaló que en septiembre se retomarían las conversaciones para buscar salidas a los problemas acumulados. "El problema es que en septiembre ya es muy tarde", agregan los denunciantes.

Los comuneros han venido exigiendo que se desarrolle el decreto de la malvasía para que se deje totalmente claro cuándo puede entrar y sacar agua y evitar así que procesen a personal de Riegos de Levante, como ocurrió con el gerente que fue absuelto de un delito contra la fauna y flora tras ordenar extraer para riego agua del embalse de Levante en junio 2005.