El subparque de bomberos de Crevillent permaneció durante la jornada de ayer cerrado (al igual que ocurriera parcialmente el día anterior cuando sus efectivos tuvieron que desplazarse para apoyar las tareas de extinción de un incendio en Orihuela) debido a la falta de efectivos que había en Elche. Al parecer, el parque ilicitano únicamente contaba en la jornada de ayer con seis bomberos (de los que uno hacía las labores de telefonista), por lo que era inviable poder montar un dispositivo con tan sólo cinco profesionales.

Ante esta situación se decidió trasladar a los cuatro compañeros de Crevillent al parque de Elche para poder montar un retén con diez bomberos, de los que uno se ocupaba del teléfono y al que se sumaban dos conductores, dos cabos, un sargento y cuatro bomberos. Esta dotación era la única que durante la jornada de ayer estaba operativa para atender las poblaciones de Elche, Santa Pola y Crevillent y poder reforzar las poblaciones vecinas en caso de emergencia.

Esta situación endémica se viene arrastrando desde hace años sin que hasta el momento se haya puesto solución alguna para que el parque del Baix Vinalopó funcione con una plantilla de personal, al menos, con los mínimos estipulados. Pese a los compromisos de la Diputación, que incluso aseguró que en verano se incorporarían a Elche nuevos profesionales, la situación de falta de personal va en aumento. De hecho, este año ni siquiera se ha podido montar el dispositivo de Santa Pola por falta de dinero y porque los miembros del Consorcio Provincial decidieron hace unos días dejar de hacer horas extra, no asumir funciones que no les corresponden y no alargar la jornada profesional más allá de lo estrictamente necesario como medida de protesta. El problema fundamental en Elche se produce cuando se originan varios siniestros a la vez que requieren de la intervención de los bomberos, ya que en ocasiones únicamente disponen de lo que ellos denominan "una primera salida".