Treinta años de historia y las raíces aragonesas siguen estando presentes, más que nunca, este fin de semana en el pueblo ilicitano. O, al menos, así ha quedado demostrado con la celebración del trigésimo aniversario del Centro Cultural Aragonés de Elche.

Sin duda, la gala musical y de la indumentaria, celebrada ayer en el Gran Teatro puso la nota atractiva en una conmemoración a la que asistieron además de los integrantes de la asociación, alrededor de treinta personas procedentes o vinculadas a la comunidad de Aragón y afincadas en lugares como Mallorca, Reus, Castellón, Valencia, Sagunto, Albacete, Zaragoza y Madrid, entre otros.

Entre un ambiente envuelto por el folclore, por la historia aragonesa, y los colores típicos de la indumentaria regional, junto al sonido de la bandurria, las guitarras, el acordeón, el violín y la dolçaina, los miembros del Centro Aragonés celebraban la presencia de la asociación cultural en Elche desde el año 1980. Una fiesta, más que esperada por las ciento veinte personas que componen la fundación. "Tenemos que celebrar que, pese a los altibajos del tiempo, Aragón sigue existiendo en Elche y que tiene una repercusión social entre los ilicitanos", comentó ayer el presidente de la entidad, Javier Jarque, tras la recepción organizada en el Ayuntamiento con motivo del aniversario.

Con ese espíritu lleno de orgullo y satisfacción por ver que el esfuerzo de tres décadas ha merecido la pena, los miembros del centro cultural asistieron a un recorrido por la historia de Aragón, sus distintas poblaciones, y sus momentos típicos en una exhibición de las tradiciones del pueblo maño desde el siglo XIX y principios del XX.

Para seguir conmemorando la efemérides, hoy se celebrará una misa en la basílica de Santa María y al mediodía se realizará una comida de hermandad en el Parque Municipal.

Así, el Centro Cultural Aragonés, convertido en una gran familia, ha visto a crecer a varias generaciones. Ahora, después de todo este tiempo, el objetivo, según Javier Jarque, es seguir manteniendo la asociación, el grupo de Jota, y su repercusión social. Y, también, tratar de motivar a los ilicitanos y a los descendientes aragoneses a que participen en la asociación.