Desde que despertó la crisis económica, el desempleo se ha convertido en una de las grandes preocupaciones para la sociedad y en un auténtico quebradero de cabeza para quienes lo intentan desafiar. La mayor parte de los expertos coinciden en señalar que la formación y la especialización se han convertido en las armas más eficaces para combatirlo, pero la falta de recursos y de información hacen que, a menudo, resulte difícil alcanzarla. Por eso, el Centro Municipal de Formación ofrece talleres que, además de ofrecer una compensación económica, ofrecen las bases para enfrentarse al mercado laboral.

Conscientes de esto, 65 parados han aprovechado estas oportunidades para adquirir y, sobre todo, poner en práctica las destrezas necesarias para desempeñar oficios como la albañilería, la jardinería, la carpintería o la electro-fontanería. Además, en esta ocasión, los usuarios de estas iniciativas, que han contado con un presupuesto de más de 2 millones de euros, han actuado sobre huertos como el de San Antón, el del Matadero o el de Diego Escorina, donde han rehabilitado una antigua caseta que, según adelantó el concejal de Fomento, Emilio Domeneh servirá, en el futuro, para instalar oficinas municipales.

Cursos para jóvenes y adultos

Uno de los programas, la escuela taller, ha formado a 34 jóvenes menores de 25 años de distintas clases sociales que, en su mayoría, abandonaron sus estudios. Su director, Patricio Saura, reconoce que atravesamos una "época difícil" y que las empresas concertadas todavía no han contratado a nadie, pero cree que esta formación les puede servir para "aprender un oficio y labrarse un futuro". Daniel Galiana, uno de los alumnos de electro-fontanería, es todavía más optimista porque, gracias a este diploma y al graduado escolar que ha logrado obtener, se siente "con más posibilidades para buscarse la vida".

Del mismo modo, Iván Uñach, el director del Taller de Empleo, que ha instruido a 28 mayores de 24 años, resalta el interés social de las actividades que realizan y la posibilidad de insertar a los alumnos en el mercado laboral. Y así opinan también José Gonzálvez, estudiante de jardinería, y Jorge Martínez, de albañilería, que coinciden al subrayar los conocimientos y la habilidad que han adquirido durante este año. Ambos reconocen que el panorama es complicado, pero se muestran agradecidos por el esfuerzo realizado por las instituciones y esperan poder seguir adelante. Si lo consiguen, o si, al menos, lo intentan con más posibilidades que en el pasado, habrán demostrado la importancia de impulsar la formación teórica y práctica para luchar contra el desempleo.