Gregorio Mollá fue responsable municipal de Seguridad Ciudadana en la segunda Corporación democrática, siendo alcalde Ramón Pastor. Mollá vivió muy de cerca el atraco a la oficina del Banco de Alicante, un hecho que tuvo una gran repercusión social porque el asalto se saldó con un muerto.

El atraco al Banco de Alicante tuvo un gran impacto en la sociedad ilicitana...

Tuvo mucha repercusión, incluso a nivel nacional, porque no sólo fue un atraco a un banco, sino que, además, hubo un muerto. En aquellos años había más delincuencia que ahora o, al menos, en una proporción distinta y era un hecho evidente que dos personas "te podían mover toda la provincia" si actuaban con rapidez.

¿La inseguridad ciudadana estaba ligada a la falta de efectivos policiales?

Ahora hay muchos agentes de la Policía, pero entonces los medios eran escasos tanto en la Policía Nacional como en la Local. Además, ahora la efectividad de los agentes se ha multiplicado, tienen mucha mejor formación e infinitos más medios que entonces.

¿La muerte de Ginés Belda fue mala suerte?

Muy mala suerte. El hecho de que en la entidad hubiese un policía de paisano agravó la situación porque en el cumplimiento del deber como agente de la autoridad precipitó los hechos. Su intención, como policía responsable, era frenar un hecho delictivo que se produjo en su presencia, pero fue un incidente tonto con mucha repercusión.

¿Qué logros se llevaron a cabo en el campo policial y de seguridad en aquella época?

Fundamentalmente la transformación de la Policía Local, su traslado a Mesalina, una gran inversión en vehículos y la creación del 092. Se hizo un importante esfuerzo de puesta al día porque todo estaba muy anticuado.