Los expertos definen la adicción como un estado psicofísico que produce alteraciones en el comportamiento como consecuencia de un impulso irreprimible por consumir sustancias o practicar alguna actividad. Sin embargo, la dependencia o las conductas abusivas cambian con los tiempos y también con las edades. De acuerdo al balance del pasado año, realizado por la fundación Proyecto Hombre en la provincia de Alicante, el cannabis, el alcohol, la cocaína y las nuevas tecnologías son las principales adicciones de los jóvenes entre 13 y 20 años que acudieron al centro terapéutico, ubicado en Elche.

Según los resultados de los programas de Prevención Indicada, que tienen como objetivo trabajar con usuarios de estas edades con patrones de uso, abuso y/o dependencia de sustancias psicoactivas, durante el 2009, se atendieron a 84 personas. Una cifra sensiblemente llamativa, ya que supone el doble de antendidos con respecto al 2008, año en el que se registraron casi la mitad de asistencias.

El programa, que se divide en cuatro niveles de intervención y que, además, cuenta con sesiones que incluyen el acompañamiento de los padres, también ha visto incrementado notablemente el número de visitas familiares al pasar de 72 atenciones en 2008 a 90 durante el ejercicio anterior.

Este aumento, se debe, según admite la responsable de la organización, Ana Robles, a que, entre otras cuestiones, desde la ONG, se han ampliado las acciones de prevención y ha crecido la concienciación entre las familias para participar de manera activa en el proceso de ayuda y maduración a los hijos con problemas de consumo.

Aunque el perfil de los usuarios es similar al de los años anteriores, tal y como explica Ana Robles, las nuevas tecnologías han ido ganando terreno en las prácticas abusivas de los jóvenes. De acuerdo a los resultados obtenidos en el centro de Proyecto Hombre, el 81% de los usuarios es varón de 17 años de media, reside en la provincia de Alicante, principalmente en Elche (48,4%) y Alicante (35,5%). Un perfil que se caracteriza por haber terminado la Enseñanza Primaria, que estudia en el momento del inicio del tratamiento y que vive con sus padres o familia de origen. Según los datos registrados, el cannabis (80,55%), el alcohol (16,9%), la cocaína (6,1%) y nuevas tecnologías (4,85%) son las principales adicciones que presentan los jóvenes que reciben tratamiento.

Entre los asistentes al programa de prevención, el centro trabaja con jóvenes con problemas judiciales a los que se les ha impuesto la asistencia a las terapias. Un grupo, que según el balance anual está en aumento, y que registra una media anual de 30 personas con obligaciones judiciales.

Para conseguir la reeducación de los jóvenes rebajar el riesgo que trae consigo la dependencia, los usuarios acuden semanalmente al centro dilicitano, el único de la provincia que dispone de un recurso de estas características. Las sesiones se realizan a nivel individual con apoyo grupal para hacer frente a la dependencia. Y es que, según destaca Ana Robles, es importante distinguir que los jóvenes que reciben tratamiento gracias al Proyecto Hombre son personas "abusadoras" y "consumidoras" y no "drogadictos", "ni adictos".