En sus aulas se respira la riqueza de la diversidad cultural, se aprecian las huellas que identifican distintas nacionalidades y la multitud de colores y la variedad de razas se convierten en el máximo valor que caracteriza a una escuela. Así es el colegio Casablanca y así es el ambiente que reina en un centro educativo singular por acoger a un alto volumen de alumnos de distinta raza, etnia y religión. Niños, que detrás de sus miradas inocentes esconden historias tan diferentes y parecidas entre sí, derivadas de las condiciones socio económicas que viven en sus hogares. Ayer, al margen de la alegría propia ante las vacaciones estivales, varios escolares del colegio Casablanca sonreían al recibir un reconocimiento simbólico. Un diploma por haber participado en talleres de habilidades sociales y educación sexual. Y es que, un equipo de técnicos de Elche Acoge ha desarrollado varias sesiones formativas con cuarenta alumnos de entre 12 y 14 años con el objetivo de fomentar la interculturalidad y el aprendizaje. A través de distintas dinámicas, charlas y actividades lúdicas, tanto en las clases, como en el patio, el programa de sensibilización ha tenido como propósito enseñar a los escolares a relacionarse y a comunicarse en situaciones donde la diferencia cultural forma parte de su día a día. De esta manera, los talleres de habilidades sociales han fijado como clave el diálogo para mejorar la convivencia entre las distintas etnias. "Las dificultades existentes en el colegio van más allá de las razas y los credos de los alumnos, vienen dadas por los ambientes consecuentes de los estratos económicos y niveles sociales de donde provienen. Lo demás genera riqueza y peculiaridades, más que problemas", explica Javier Moreno, psicopedagogo del centro.

Pero, además de informar sobre las pautas para un mejor comportamiento, los talleres sobre sexualidad han adquirido una gran importancia para los alumnos. Según Marcos Nauhardt, mediador intercultural de Elche Acoge, en estas sesiones se ha querido enfatizar el respeto en las relaciones y la igualdad de género, así como la prevención ante los riesgos que entrañan las prácticas sexuales en un grupo donde la precocidad ante este tipo de conductas está en aumento.

Así, con estos talleres impartidos en una escuela caracterizada por recibir a niños procedentes de familias humildes, los alumnos han tenido la oportunidad de aprender valores que no se enseñan con las matemáticas o el inglés, o que no se educan desde casa. "Los efectos del programa de sensibilización entre los niños no son inmediatos, nos conformamos con que hayan podido recibir información valiosa y puedan actuar en consecuencia, explica el coordinador del curso de Elche Acoge.

Desde el profesorado y la dirección del centro han valorado positivamente iniciativas como esta, que fomentan y apoyan la diversidad cultural y que permiten complementar la labor educativa en unas aulas donde la diferencia forma parte de la riqueza.