Doble varapalo laboral para la Universidad Miguel Hernández ya que en las últimas horas ha trascendido que dos trabajadores fueron despedidos el pasado curso de manera improcedente.

El caso más llamativo es el de José Víctor García Velasco, profesor asociado de la Facultad de Medicina y vicepresidente del comité de empresa de la UMH en el momento en el que no se le renovó el contrato para este curso, algo que ocurrió en septiembre de 2009. El otro caso tiene que ver con una modelo que posaba ante los alumnos de Bellas Artes en Altea y que al ir a fichar el 7 de septiembre de 2009 se enteró de que estaba despedida.

Ahora, dos juzgados de lo Social de Alicante y Elche han dado la razón a ambos empleados, en sentencias independientes, que obligan a la UMH a abonar como mínimo los salarios dejados de percibir desde que fueron despedidos.

En el caso del docente asociado de Medicina llama la atención que no se le renovara el contrato pese a estar ejerciendo durante 12 años, fuera distinguido en varias ocasiones por sus propios alumnos como mejor profesor, contara con el doctorado y otra serie de acreditaciones para el desempeño de sus funciones, según se afirmaba ayer desde el sindicato CSI-CSIF, del que era representante y vicepresidente en el comité de empresa de la UMH.

Precisamente, el presidente provincial del CSI-CSIF, Javier Tovar, denunciaba ayer la estrategia empleada por el letrado de la UMH que durante el juicio, según siempre este sindicato, trató de descalificar las aptitudes profesionales del profesor como justificación para su despido pese a su demostrada hoja de servicios.

Vinculaciones sindicales

En noviembre de 2009, el docente y el propio Tovar interponían demanda contra el despido por vulneración del derecho a la libertad sindical que el juzgado de lo Social Número 6 de Alicante ha estimado parcialmente. Parcialmente porque los demandantes asociaban el despido a una represalia por la actividad sindical del profesor y un familiar, algo que en la sentencia no se considera probado.

Ésta, no obstante, sí recoge que fue despedido pese a estar en contra de amortizar su puesto el departamento docente, y sin que la UMH justificara la razón de su no renovación de contrato.

Tras la sentencia obtenida, que es recurrible, el profesor va a renunciar a la indemnización de cerca de 9.000 euros y ya ha mostrado su intención de reincorporarse a su puesto de trabajo, sin perjuicio de que cobre por parte de la UMH cerca de 4.000 euros que es lo que se estima que habría cobrado si no hubiera sido despedido de manera improcedente.

En el segundo caso, la trabajadora ejercía de modelo en la Facultad de Bellas Artes de Altea desde hace once años y cada final de curso su contrato se extinguía.

La sentencia recoge que el caso de Dolores Bayarri es "perfectamente asimilable" al de los profesores que son llamados año tras año para impartir clases a lo largo de todo el curso, y considera que la relación que unía a ambas partes "ha de reputarse indefinida".

Igualmente incide en que la carta que Bayarri recibió el 15 de junio en la que se le decía que su contrato acababa, "no expresa claramente que sea despedida", y añade que la misma debía llevarle a confusión "pues esta misiva se venía repitiendo año tras año".

Ahora, la justicia obliga a la UMH a su readmisión ya que estima que se trató de un despido improcedente, o bien a indemnizarla con 20.246 euros. La Universidad ha recurrido la sentencia.

Bayarri se mostraba ayer satisfecha con la resolución judicial, aunque lamentaba que la UMH hubiera optado por recurrir. "No llego a fin de mes, me van a echar de mi casa" en la que vive en alquiler. La afectada señalaba además que tampoco puede pagar un préstamo que tiene con el banco

Este diario se puso ayer en contacto con el Rectorado para recabar su versión sobre estos casos, pero no obtuvo respuesta alguna.