Además de estos dos casos de despidos improcedentes, los tribunales están analizando también una demanda de acoso laboral contra la Universidad Miguel Hernández, interpuesta por el profesor de la Facultad de Bellas Artes de Altea Fernando Machado, quien ha tenido que estar de baja más de año y medio a raíz de esta situación.

El próximo 28 de junio, en los juzgados de Valencia, está fijada la vista de este caso que, según el denunciante, se inició en el año 2002, cuando surgió el caso de las "asignaturas fantasma", unas materias que al parecer no se llegarían a impartir y que, según denunciaron distintos profesores en su momento - algunos de éstos fuera ya de la Universidad- se les obligó a firmar las actas como que sí se habían impartido.

A partir de entonces, y tras denunciar Machado y otros docentes que la UMH no estaba cumpliendo con su propia reglamentación y mostrarse críticos con el decanato de la Facultad y algunas decisiones del Rectorado, se suprimió la sección departamental que él dirigía, se le abrió expediente disciplinario en tres ocasiones, se le denegó un quinquenio salarial, e incluso se le acusó ante la Guardia Civil de "incitar a las pintadas producidas por los alumnos por el caos generado por la falta de profesorado a comienzos del curso 2003-04", según el propio afectado.

Machado señala además como hechos que demostrarían ese presunto acoso laboral contra su persona, la supresión del programa de doctorado diseñado por él; la exclusión de su participación en otros programas formativos de este tipo pese a ser, durante mucho tiempo, el único profesor titular doctor del área de Pintura; o la denegación de un segundo complemento específico, "único caso en la Universidad", según Machado.

Durante todos estos años, el profesor de la Facultad de Bellas Artes, que incluso culpa a la UMH de impedir su marcha por concurso de méritos a la Universidad de Granada para huir de "esta situación de acoso", asegura que vive en una continua situación de desánimo.

Según siempre su versión, hoy en día se ha conseguido que se le descalifique ante compañeros y alumnos, se le han puesto impedimentos para reconocer su baja laboral y para cursar sus bajas por enfermedad "que me acarrearon meses sin cobrar el subsidio correspondiente", y, en definitiva, se le ha excluido, según señala, de la vida laboral en lo posible manifestada con detalles como a la hora de distribuir despachos y espacios, problemas con el material y otros detalles difícilmente documentables.

Machado, que se incorporó a la UMH el pasado enero, asegura que lleva años pasando un auténtico calvario.