Hablar con ella de la Escuela de Pintura del Hort del Xocolater es esperar un par de sonrisas por respuesta. El arte se lo ha dado todo y confía en poder transmitir parte de ese mundo a sus alumnos. María Dolores Mulá, artista plástico y profesora desde hace 25 años entre las palmeras del centro de Caja Mediterráneo, destaca que «he aprendido mucho conviviendo con los niños», y confirma que le queda mucha ilusión para seguir otros 25 años más entre lecciones y pinceles.

Son ya 25 años, ¿como ha sido el trayecto recorrido?

Para mí es algo inolvidable. He tenido a mi lado a gente importante como Sixto Marco, Albert Agulló, Ulises Blanco, Tomás Almela, Carmelo Trenado, Diaz Padilla, Pepa Ferrández, Juan Llorens... Y me he dado cuenta de que la escuela es única y es una apuesta por la creatividad.

¿Cuál es el papel de la escuela en la ciudad?

Yo creo que es imprescindible para esta ciudad, y forma parte ya de ella. Pienso que es una plataforma de bienestar terapéutico y artístico, sin duda alguna.

Seguro que hay algún mensaje que permanece, año tras año...

Siempre les digo a mis alumnos que no copien jamás y que traten de ser uno mismo siempre.

Enseñanza al aire libre, ¿ya queda poco de eso?

Creo que no hay una escuela como ésta, por el lugar entre palmeras donde se dan las clases, por la luz, por la convivencia... Muchas veces no lo valoramos.