"La ilusión eterna; o por lo menos que renace a menudo en el alma humana, está muy cerca de ser una realidad." (André Mauroist). Con una ilusión mucho más que eterna Enrique Poveda y Manoli Mateo, padres de la pequeña Lucía, buscan desde Elche a un donante de médula ósea para vencer la leucemia que padece.

Y es que Poveda ya ha descartado la idea de que no lo pudieran encontrar. "Estoy seguro al 100% de conseguirlo, el resto ya ni me lo planteo". La confianza y el amor por una hija, combinados, mueve montañas y buen ejemplo de ello son las 150 muestras diarias que diferentes donantes están aportando desde el miércoles, fecha en la que hicieron el llamamiento, en las diferentes colectas que se han organizado.

"Las posibilidades son de uno entre 40.000. Pero eso no nos achica. Desde que nos enteramos de que necesitaba un transplante nos hemos puesto en contacto con el banco de donantes Josep Carreras, el más importante a nivel nacional. También estamos organizando colectas, que empezaron siendo entre los conocidos a la familia y ahora entre muchísima gente que ni siquiera conocemos. Ampliando así el banco sabemos que además de ayudar a Lucía estamos creando más posibilidades para otros niños que están en su situación", relata Enrique.

Su familia, según cuenta, se ha convertido en una auténtica cooperativa de trabajo. Uno hace la página web, otro organiza llamamientos, otro busca contactos... "Nos están ayudando muchísimo. De alguna manera potencian nuestras ganas con todos estos esfuerzos. No podríamos llevarlo solos".

Enrique explica que hay días que se levanta con ganas de comerse el mundo y otros con la moral por el suelo. Una de las cosas que más le animan es ver a Lucía contenta. De momento, según dice, está soportando bien la quimio. "Los niños son muy fuertes. Nos lo dijeron y no sabíamos hasta qué punto". Y es que, por ahora, la pequeña no sabe lo que tiene. Simplemente es consciente de que está "malita". De momento ha pasado un mes ingresada en el Hospital General de Alicante. Como las defensas han subido ha podido pasar un tiempo en casa, aunque cada quince días tiene que volver a seguir con el tratamiento.

En definitiva a seguir con la lucha, que además de Lucía es de sus padres y de todo el mundo que está colaborando, sobre todo de los donantes. Y tú, lector, ¿quieres ayudarla? Pues pincha aquí.