"Le decía a mi hijo, cuando aún estaba en el viente, que tenía que inaugurar el hospital y ha estrenado hasta el pijama. La verdad es que no se puede estar mejor, todo nuevo y todo para mí", aseguraba Eva Sánchez a los pocos instantes de ser subida a su habitación. Tanto la madre como el bebé se encontraban en perfecto estado de salud y tranquilos, a la espera de abandonar este nuevo hospital y regresar a casa.