El convento de las Clarisas Franciscanas acogió ayer un evento totalmente extraordinario. Por un día, tanto las hermanas contemplativas del monasterio ilicitano de Santa Clara como las del resto de conventos de clausura de la Diócesis Orihuela-Alicante dejaron a un lado su rutina diaria y acudieron a un encuentro repleto de caras alegres y mucho sentimiento cristiano en la ciudad de las palmeras.

El obispo de la diócesis, Rafael Palmero Ramos, presidió el II Encuentro de Monjas Contemplativas en el que se dieron cita más de cuarenta religiosas de diferentes órdenes con presencia en la provincia. Agustinas, Clarisas Franciscanas, Dominicas, Salesas, Canónicas de San Agustín, Clarisas Capuchinas, Carmelitas, Justinianas y Trinitarias fueron convocadas por la delegación de Vida Consagrada.

El delegado de Vida Consagrada, Ángel Larrañaga, explicó que "así como se realizan a lo largo del año encuentros con sacerdotes, también queremos realizar encuentros con estas monjas de clausura porque todos pertenecen a la vida de consagración". Ángel Larrañaga indicó que "el objetivo es compartir un día de convivencia para que las monjas se conozcan y puedan profundizar en la vida contemplativa, y sentirse más Iglesia diocesana".

El obispo, Rafael Palmero, destacó que, "con este encuentro, damos gracias juntos al Señor por el don de la vida consagrada a la vez que nos conocemos con momentos de convivencia y una eucaristía". Palmero valoró positivamente "la oportunidad de conocer al resto y de enriquecerse de los demás".

Las caras de mayor ilusión por este encuentro se veían ayer entre las protagonistas de la jornada, las monjas de clausura. Entre las anfitrionas, la madre superiora del convento de las Clarisas, sor Clara Juárez, dijo que "es una riqueza poder compartir nuestra vocación". No obstante, la madre superiora aseguró que "teníamos un poco de pavor porque no es lo mismo al tener que convivir con otra gente, pero al final tenemos el mismo camino, que es el Señor".

Entre las visitantes, la hermana Carmen Moñino, del convento de las Capuchinas de Alicante, explicaba que "esto es como una evasión de nuestro día a día, que nos relaja y enriquece muchísimo".

El programa del encuentro arrancó con la conferencia "La eucaristía: centro de la comunidad contemplativa", que ofreció el vicario general de la diócesis, Francisco Conesa. La jornada también contó con una celebración eucarística, presidida por el obispo, y una comida de fraternidad. Por la tarde, las hermanas de clausura mantuvieron un diálogo fraterno con Rafael Palmero, al que le siguieron comunicaciones sobre las experiencias de las religiosas. El encuentro de monjas de clausura se cerró con una Salve de despedida.