Dicen los expertos que el crimen perfecto no existe, pero a tenor de los acontecimientos el robo perfecto es posible. Dos décadas después de la desaparición de dos sacas con ochenta millones de pesetas en divisas del aeropuerto de El Altet el misterio sigue sin resolverse. Las investigaciones que en su momento se realizaron han dejado entre interrogantes quién o quiénes fueron los autores de la suculenta sustracción o dónde desaparecieron las sacas, si en El Altet o en El Prat.

Los hechos se remontan a septiembre del 91. Aquel jueves 26, un vuelo Aviaco 702 debía partir del aeropuerto de Alicante en dirección a Barcelona a las 22.10 horas con dos sacas de divisas en la bodega de carga, aunque sorprendentemente el dinero no se encontró cuando el aeroplano llegó a la Ciudad Condal.

Las sacas habían sido transportadas por vigilantes de una compañía de seguridad hasta El Altet y allí obtuvieron un justificante sellado por Iberia dando la conformidad de que la mercancía se había depositado en la bóveda de seguridad del aeropuerto. Además, un vigilante del aeródromo declaró ante la Policía que había custodiado las sacas hasta que las mismas fueron introducidas en el avión y que vio cómo la bodega se había cerrado, supervisando incluso el momento en el que despegaba el avión con el dinero dentro.

Sin embargo, el jefe de carga del aeropuerto barcelonés descubrió instantes después de que aterrizara el avión, a las 22.55 horas, que las dos sacas de divisas no se encontraban en el compartimento correspondiente. Esta persona sería la primera que denunciaría la ausencia de los fardos. Curiosamente, en el momento en el que el aeropuerto aterrizó en la Ciudad Condal, se produjo un apagón de luz que afectó a las instalaciones del aeródromo catalán como consecuencia de una fuerte tormenta. A pesar de que se barajó en algún momento la posibilidad de que las sacas desaparecieran con la confusión de la falta de fluido eléctrico, el personal del aeropuerto barcelonés siempre sostuvo que las sacas no estaban en el compartimento de carga cuando el avión llegó a El Prat.

El juzgado número 5 de Elche se hizo cargo de la instrucción del caso. El equipo judicial tomó declaración al guarda jurado y al personal de tierra que tuvo o pudo tener contacto con el dinero. Ante la imposibilidad de avanzar en el esclarecimiento del robo, el magistrado ordenó llevar a cabo a principios de marzo del año siguiente una reconstrucción de los hechos en el mismo escenario en el que desaparecieron las sacas, al tiempo que se requirió al juzgado barcelonés correspondiente para que a su vez tomara declaración al personal del aeropuerto que pudo haber tenido acceso al dinero tras el aterrizaje. En la reconstrucción que se hizo en El Altet estuvo presente la entonces jueza en prácticas Francisca Martínez, el teniente-fiscal de la Audiencia Miguel Gutiérrez y el fiscal Javier Romero.

Poco aportaron las declaraciones y la reconstrucción, excepto que la falta de medidas de seguridad en el aeropuerto eran clamorosas. El guarda jurado insistió en que había llevado siete sacas en un vehículo de la compañía Iberia (cinco que debían viajar a Madrid y las dos que tenían como destino Barcelona).

Según las crónicas informativas de la época, el guarda dijo que cuando llegó al avión no había cerca ningún miembro del equipo de personal de tierra, por lo que él mismo había decidido meter las sacas en el avión. Por su parte, dos trabajadores de tierra aseguraron que más tarde habían examinado la bodega de carga y que las sacas se encontraban en su interior.

A tenor de lo que declararon las personas que estuvieron cerca de las sacas en El Altet y El Prat, el dinero tuvo que desaparecer en pleno vuelo, aunque esa hipótesis fue descartada desde el primer momento porque la bodega de carga llegó cerrada al aeropuerto barcelonés.

En abril del 92 el juez que instruía la causa decidió sobreseer provisionalmente el caso de la desaparición de las sacas (que eran enviadas a Zúrich por una sucursal alicantina del Banco Exterior de España en Alicante) tras agotar todas las vías de investigación.