La Audiencia juzgó ayer a un hombre acusado de retener en su vivienda a su compañera sentimental en Elche y maltratarla brutalmente durante 24 horas, obligándole a mantener relaciones sexuales. El fiscal rebajó la pena que pedía al final del juicio, de 36 a 27 años, ya que las lesiones que sufrió la víctima fueron menos graves de lo que inicialmente decían los informes médicos. Antes de que comenzara la vista se reclamaba la pena máxima por estos hechos. El juicio quedó ayer visto para sentencia en la Sección Primera de la Audiencia Provincial, que se encarga de enjuiciar causas de violencia doméstica. Quemaduras con un cigarro, obligarle a beber hasta vomitar fue algunos de los martirios que relató la víctima para explicar el tiempo que estuvo retenida contra su voluntad en la vivienda.

El acusado, Stefan I. P., negó ayer todos los hechos que se le imputaban y redujo todo lo ocurrido a una mera discusión entre novios, agravada, según su versión, por los problemas con el alcohol y las drogas que ella tenía. La defensa pidió la libre absolución. La mujer por su parte mantuvo todos y cada uno de los términos de su denuncia.

El relato de los hechos en el escrito de calificación de la Fiscalía recoge toda una sucesión de humillaciones y brutales agresiones el pasado 26 de septiembre de 2009, en los que la mujer estuvo retenida en la vivienda, hasta que pudo escaparse y pedir ayuda.

La víctima había llegado a las nueve de la mañana a su casa en Elche, donde residía desde hace ocho meses con su compañero sentimental. El hombre se abalanzó sobre ella profiriendo expresiones como "puta de mierda, te voy a cortar el cuello, te tengo que matar" dándole patadas y puñetazos.

Una agresión que, según el ministerio público, se prolongó durante la jornada ya que el acusado la impidió que abandonara el domicilio. En ese tiempo, le obligó a hacerle una felación quemándole en el cuello con un cigarrillo encendido y tirándole fuertemente del pelo. También le introdujo una botella de whisky en la boca, de la que la hizo beber hasta que vomitó.

Al día siguiente, el procesado obligó a su pareja a que le acompañara a la calle, donde siguió con sus insultos hacia ella. Sin embargo, varios viandantes le llamaron la atención en la vía pública. Fue este el momento que aprovechó la mujer para podir huir y esconderse en la casa de una amiga para llamar a la Policía que detuvo al presunto agresor.

Uno de los golpes que sufrió en aquella jornada le produjo pérdida de audición en el oído izquierdo. Finalmente ayer los forenses señalaron que la pérdida de audición había sido leve y no total, motivo por el que el fiscal rebajó su petición inicial por este delito de once años a dos años y un mes. El ministerio público mantuvo en cambio la pena de 15 años por agresión sexual, seis por detención ilegal, así como otros seis años por las secuelas psíquicas y otro año más por maltrato habitual. Asimismo se reclama una orden de alejamiento de la víctima durante un total de 37 años por estos delitos.

Medidas excepcionales para garantizar la seguridad de la víctima

La Audiencia adoptó ayer medidas para garantizar la seguridad y la intimidad de la víctima. En primer lugar, ésta declaró por videoconferencia desde Elche, una medida habitual cuando se trata de evitar que las mujeres maltratadas tengan que pasar por el mal trago de tener que relatar su experiencia a pocos metros de su agresor. Se trata de un sistema que se ha venido usando tanto en los casos de maltrato doméstico como en los de abusos sexuales, especialmente cuando hay víctimas menores de edad. Por ello, la vista se celebró en la sala de jurado a pesar de que la Sección ya cuenta con equipos para grabar juicios, pero que no están todavía operativos. La otra medida fue la de celebrar la vista a puerta cerrada para así garantizar la intimidad de ésta. También destacó la presencia del fiscal jefe, Juan Carlos López Coig, en la vista como representante en la vista del ministerio público y que individualizó los hechos para agravar las penas. J. A.