Largos caminos de tierra, viviendas unifamiliares flexibles, transportes alternativos y una gran infraestructura que reúne todos los servicios necesarios para vivir. Estos elementos, rodeados de vegetación y de montañas, son algunos de los que conforman "Farmes footprint photo", un proyecto con el que un equipo compuesto por los arquitectos José Juan Fructuoso y Javier Poveda, el fotógrafo Josema Cutillas y el ingeniero agrónomo Antonio Pascual se convirtió en finalista de "Europan 10", un prestigioso concurso internacional que, en España, pretende crear un foro de debate sobre la habitabilidad y el urbanismo.

Su propuesta, una ciudad dormitorio para los trabajadores de un parque industrial y tecnológico ubicado en el sur de Galicia, se basa en la colonización respetuosa del medio rural y en la conjunción entre la productividad y el bienestar social. En esta ocasión, el jurado del certamen dejó desierto el premio por cuestiones económicas y las ideas no se trasladaron al terreno. Sin embargo, sí pudieron aportar una profunda reflexión teórica sobre la colonización sostenible que, en poco tiempo, podría aplicarse, de forma parcial, en la práctica.

José Juan Fructuoso explica que su objetivo era crear una zona residencial atractiva que conserve las características de los minifundios gallegos. Por eso, su proyecto incluye la habilitación de medio millar de unidades edificatorias con viviendas elevadas sobre pilotis y que permiten un crecimiento progresivo a través de módulos uniformes. Además, prevé la construcción de una única infraestructura que reúne un mercado, una escuela, un centro de salud y un intercambiador de transporte público, así como la pavimentación de los caminos para que se integren con el entorno.

Críticas al modelo rural ilicitano

El Camp d'Elx acoge a miles de personas que, atraídos por la tranquilidad de la naturaleza, huyen del trasiego de la ciudad sin renunciar a las ventajas de la vida moderna. Sin embargo, expertos como José Juan Fructuoso consideran que el modelo de desarrollo actual presenta contradicciones por no reconocer situaciones intermedias entre el suelo urbano y el medio rural. En su opinión, "la uniformidad de estos dos tipos de vida no tiene sentido" y es necesario, por ejemplo, mantener las diferencias entre las calles y los caminos, así como no renunciar al cableado aéreo. Además, criticó la tendencia a urbanizar el terreno antes de construir los equipamientos y la creación de grandes huertos solares.

Pero, sobre todo, Fructuoso demanda una mayor concienciación social sobre la importancia de acometer actuaciones sostenibles para "minimizar la huella ecológica" y, de esta forma, poder integrar al hombre y la vivienda en el paisaje.