- El título de la charla sobre el cannabis era ¿droga o medicamento? ¿Significa que su uso es ambivalente?

Esta sustancia tiene aplicaciones terapéuticas y también se puede comportar como un sistema adictivo, ya que en determinadas condiciones estimula los sistemas de recompensa para que se dé un proceso de adicción.

- ¿Qué efectos tiene el cannabis como sustancia de adicción?

Altera la percepción de determinados procesos que pueden afectar a la visión, al tacto o al oido. Esta función psicodisléptica también tiene sus consecuencias en relación al espacio y al tiempo, limita la función cognitiva, disminuye la capacidad de respuesta y si su uso es continuado puede dar lugar a depresiones, síndromes amotivacionales, ansiedad, pánico o alucinaciones.

- ¿Pero su consumo se percibe socialmente como inocuo?

Provoca efectos placenteros al estimular los sistemas de recompensa y por ello es necesario formar a la población, sobre todo a los más jóvenes desde los colegios, de los efectos negativos de un principio natural que puede parecer atractivo en un primer momento y que precisamente por esa razón "engancha" y estimula la adicción. La nocividad estriba en que provoca euforia y del uso puntual del cannabis se pasa rápidamente al consumo exacerbado, porque además no se consume en solitario.

- ¿Y qué ventajas aporta desde el punto de vista terapéutico?

Es una sustancia milenaria que ofrece excelentes resultados en determinadas patologías y dolencias relacionadas con el cáncer, el sida o la esclerosis múltiple y en estos momentos está siendo objeto de ensayos para comprobar su utilidad en procesos como el parkinson o el alzhéimer. Es lo mismo que pasa con el opio, que evidentemente tiene sus efectos adversos, pero es indudable que no hay mejor analgésico que la morfina. Las drogas tienen su parte oscura y su parte clara.