Para más de 1.200 alumnos, ayer fue un día de convivencia, de compartir experiencias, de llevar a cabo actividades extraescolares colectivas, pero sobre todo de dejar al margen por unas horas las clases. Todo ello gracias a que por estas fechas, el IES Sixto Marco recuerda que nació el pintor que le da nombre al complejo educativo.

El centro empezó a celebrarlo a partir de 2002, año en que falleció el querido ilicitano. Permutó la tradicional celebración de San Juan Bosco por ésta y de este modo realiza su aportación para que no se olvide a este personaje.

"Sobre todo es un día de actividades. Utilizamos la excusa del nacimiento de Sixto para rendirle homenaje", explica el director, Diego Trigueros, recién llegado de un cross de dos horas de duración, organizado por el centro y que llevó ayer a medio millar de alumnos y profesores a recorrer la ladera del río.

Éste fue el primer plato que se desayunaron los alumnos, a los cuales se les entregó una botella de agua que al término devolvían vacía y la intercambiaban por un bocadillo en la cantina. De este modo, el instituto evitaba que la ladera del río se llenara de botellas vacías, como ha ocurrido en otros años.

Tras reponer fuerzas, los estudiantes se repartieron entre más de una decena de talleres. El más exitoso fue el de videojuegos, donde previsiblemente se desbordaron las previsiones. No obstante, hubo otros mucho más interesantes que también captaron la atención de los jóvenes.

Así por ejemplo, se organizó un concurso de tartas, en la que se inscribieron 39 alumnos, casi la mitad de ellos chicos. Las trajeron tras confeccionarlas en casa y explicar sus ingredientes en inglés.

El taller de percusión también fue muy ameno, mientras que el de convertir en dibujo los poemas de Miguel Hernández también fue muy ingenioso. En el de manualidades se hicieron collares, estuches y pulseras; mientras que no falto el de danzas del mundo o el de baila funky, siguiendo el estilo de un conocido programa de televisión.

Diego Trigueros destacaba la importancia de hacer cosas distintas a la rutina de la clase, al tiempo que indicaba que los alumnos más nuevos desconocen quién es Sixto, de ahí que con días como éste se trate de explicarles quién era.

"Cuando vivía venía por aquí, se reunía con los alumnos y era muy resultón", recuerda Trigueros desde un centro que nunca olvidará su espíritu.