Vítores, piropos, canciones, y aleluyas. Tracas y agasajos a su paso. La Mare de Déu de la Assumpció "sintió" de nuevo ayer el calor de su pueblo. Miles de ilicitanos la acompañaron durante la última procesión del año, en la que la ciudad de Elche se hace pueblo junto a su Patrona, que consigue sacar de ellos la esencia más sentimental, familiar y tradicional.

La Virgen, "La que vino por el mar", como relata la habanera, fue el centro de atención de una multitud que, como el día de la llegada de Cantó, recorrió las calles del centro de la ciudad como una verdadera Reina. Entronada entre angelitos y acompañada por una amplia comitiva, la Mare de Déu d'Elx salía de la basílica de Santa María poco después de las once de la mañana. A esa hora, en punto, una traca de dos kilómetros recorría la procesión por el mismo itinerario del cortejo. El sonido y el olor a pólvora anunciaban que la Patrona, en su imagen original, iba a pisar de nuevo las calles de Elche.

Vítores

Entre vivas y aleluyas, la Mare de Déu volvía a acercarse a su pueblo. Por delante, gigantes y cabezudos al ritmo del "Ramonet si vas al hort", bailaban animando a público y participantes. A continuación procesionaron los representantes de las comisiones de fiestas y los niños heraldos. Muy cerca iban los cargos honoríficos de 2009, las mantillas, los representantes del Consejo antiguo y los miembros de la presidencia religiosa, de la Sociedad Venida de la Virgen y del Ayuntamiento.

Entre las notas distintivas de esta procesión destaca el trono de la Marededeu, en el que una decena de niños vestidos de angelito ofrecen un toque tierno y cálido. Los angelitos iniciaron la marcha bien posicionados, con las manos en señal de oración, pero conforme avanzaba el cortejo tuvieron que usarlas para taparse los oídos frente al estruendo de las numerosas tracas o para saludar a sus familiares y amigos.

Cantó también tuvo su protagonismo. Después de su carrera, destacada por la seguridad con la que dirigió a su corcel, Francisco Sanmartín vivió su primera procesión representando al famoso guardacostas y profiriendo vivas a la Virgen con una voz lógicamente castigada por el día anterior.

El fervor popular estuvo presente durante todo el recorrido, en el que, además de Cantó, personas anónimas vitoreaban a la Virgen y al propio guardacostas que la encontró en la playa del Tamarit. La pasión por la Mare de Déu llegó a su momento culminante cuando el cortejo llegó, de regreso, a la basílica de Santa María. Como en el día anterior, los ilicitanos llenaron el templo para cantar y piropear a la Patrona de Elche. Volvió a sonar el Himno de la Venida de la Virgen y, al finalizar, comenzó una misa solemne concelebrada por varios sacerdotes y que contó con la homilía del vicario episcopal, Vicente Martínez. Los niños de la Escolanía del Misteri ofrecieron sus cantos a la Virgen y deleitaron a los presentes que, aunque en menor número que al finalizar la procesión, casi llenaban la basílica.

Con las notas musicales del órgano de Santa María se despedía, hacia las dos de la tarde, una celebración que año tras año está ganando en participación y que ayer disfrutó de un día soleado y de elevadas temperaturas, unos 20 grados centígrados a mediodía.

Misa de difuntos

Los actos organizados por la Sociedad Venida de la Virgen dentro de las fiestas patronales de invierno finalizan esta noche con la celebración de una misa en recuerdo de los socios fallecidos.

La eucarística, que comenzará a las 20 horas en la basílica de Santa María, será cantada por la Escuela de Heraldos de la Sociedad. Al finalizar se disparara un castillo de fuegos de artificio para dar por concluidas unas fiestas que comenzaron el sábado 26 de diciembre con el multitudinario pregón de la religiosa Josefa Soler y el concierto de la Coral Ilicitana.

Distinciones para la acción voluntaria

La Sociedad Venida de la Virgen ha distinguido este año a personas que trabajan voluntariamente en favor de los demás. El pregón corrió a cargo de la religiosa Josefa Soler Coves, gerente de la Fundación Ayuda Solidaria de las Hijas de Jesús. El portaestandarte ha sido el director de Cáritas en Elche, Joaquín Sempere y las Damas Electas Manoli Llorens, representante de Manos Unidas; y Rita María Coves, presidenta de Elche Acoge. El Caballero Abanderado de este año ha sido el presidente de la Cruz Roja en Elche, José Antonio Giménez, y las Damas Acompañantes Olga Botella, consejera de la Hospitalidad de Lourdes; y María Luisa Martínez, presidenta local de Anawin. En estas fiestas también se ha distinguido a la ilicitana ausente Conchita Leguey, franciscana misionera de María, completando una serie de cargos honoríficos dedicados a resaltar la acción humanitaria y voluntaria.