o iban por buen camino y un grupo de profesores del Instituto Montserrat Roig de Elche decidió implicarse más de la cuenta. Para cerca de cuarenta alumnos, el centro apostó por transformar una serie de materias, de manera que fueran agradables para estos jóvenes, que preferían ausentarse del centro, iniciarse en malos hábitos de salud o juntarse con malas compañías. Ahora, aquel proyecto del pasado curso, que tiene una cierta continuidad en el actual, ha sido reconocido por la Conselleria de Educación, que ha decidido otorgar el segundo premio en Innovación Educativa a estos docentes por su compromiso.

Más que la compensación económica, el grupo de profesores del Instituto Montserrat Roig que ha sido distinguido se siente estos días gratificado porque alumnos que necesitan mucha atención no están en la calle, sino en clase, y eso significa mucho. Se trata de más de una treintena de adolescentes, de entre 15 y 17 años, que estaban de vuelta de todo. Y estaban, porque desde este instituto se ha conseguido, en cierta medida, que tengan un motivo para acudir a clase.

El pasado curso, para evitar que los adolescentes se saltaran las normas, las clases y las vallas del centro, nueve profesores decidieron reconvertir sus asignaturas de Matemáticas, Plástica, Historia o Informática en materias atractivas. "Por ejemplo, para educar en valores les proyectábamos cine; la materia de Sociales la transformamos en viajes por el mundo y, de paso, le enseñábamos Historia; en Informática hacíamos cursos de diseño de videojuegos; o en Plástica apostábamos por grafitis", explica la directora del centro, Beatriz Carretero, que también forma parte de estos 9 docentes que sacaban tiempo fuera de su horario habitual para el proyecto.

Este profesorado voluntario consiguió poco a poco que los estudiantes menos comprometidos, muchos de ellos repetidores, al menos no se fugaran del centro y adquirieran unos conocimientos mínimos. "Los metimos en una especie de curso independiente, les cambiamos el currículum y a cambio han funcionado bien". Tan bien, como señala el principal impulsor de la idea, José María Caballero, que la Conselleria de Educación ha decidido premiar a estos profesores con uno de los dos segundos premios 2009 a la Innovación Educativa.

A esta convocatoria se presentaron cerca de 70 proyectos y uno de los más destacados ha sido éste, que lleva por título "Un principio en el final". La Conselleria de Educación entregará a estos profesores próximamente 4.000 euros por su esfuerzo, que también está teniendo continuidad este año, aunque de otro modo.

De hecho, la gran mayoría de los estudiantes de ese grupo ha proseguido este curso en lo que antes eran ciclos de garantía social. En estos momentos, la mitad de aquellos alumnos está formándose en peluquería, y la otra mitad, en transporte de productos químicos. De este modo, queda patente que cuando hay voluntad por todas las partes implicadas en un problema, también puede haber soluciones.