Escoliosis, dolores de espalda y cuello o malas posturas no van a tener por más tiempo un caldo de cultivo en el Instituto La Torreta de Elche. Ello es gracias a una nueva idea cuyo objetivo principal, no obstante, no es ése, sino clara y simplemente aliviar el peso en las mochilas de la mayoría de sus alumnos.

Con tal fin el centro ha puesto en marcha este curso, poco a poco y por niveles, una iniciativa que se podría resumir en divide y vencerás, y que conforme pasan los días va calando cada vez más entre el alumnado.

Los responsables del centro están hartos de ver cómo sus estudiantes se traen de casa una decena de libros y una cantidad similar de libretas para cada una de sus asignaturas, lo que supone una carga considerable que transportar de casa al instituto y del instituto a casa. Muchos adolescentes incluso, si pueden, ni abren la mochila al llegar a su habitación, y de esta manera se ahorran volver a hacer el macuto para el día siguiente.

En cualquier caso, el trasiego de material escolar no implica que se utilice el cien por cien de los contenidos de los libros. Y es en ese detalle donde la dirección del centro puso sus miras.

Tras darle vueltas a la cabeza pensaron que tal vez se podrían simplificar los libros y las libretas, de manera que fueran más ligeros. Entonces se llegó a la conclusión de por qué no "trocear" los libros de texto, separarlos por unidades o capítulos, de manera que cada pocos días sólo tuvieran que traer a clase el número aproximado de lecciones que se dan al cabo de la semana, dejando el resto del libro y de la libreta en casa.

Dicho y hecho. El instituto ha contactado con una empresa que ya ha cogido unos 300 libros y los ha procesado, es decir, ha guillotinado el lomo de las publicaciones y las hojas las ha agujereado como fichas para que se puedan acoplar a un archivador con anillas.

De este modo el alumno tiene el libro como si un conjunto de fascículos se tratara y sólo mete en la mochila las hojas de las unidades de ese día o semana de cada una de las asignaturas que le corresponda.

Paralelamente, también se han creado libretas específicas para tomar apuntes, de unas veinte páginas cada una, con lo que también se contribuye así a reducir considerablemente el peso global.

Los responsables del instituto han calculado que se puede pasar fácilmente de los 15-20 kilos al kilo o kilo y medio por mochila, lo que supone una disminución considerable en el peso, con los beneficios que eso trae consigo.

Esta iniciativa, que no es obligatoria en ningún caso sino siempre voluntaria, se ha puesto en práctica sobre todo en primero y segundo de ESO, donde el 40% de los alumnos se ha mostrado hasta el momento favorable a la idea que además de saludable sale económica, unos dos euros por alumno en lo concerniente a los libros, y veinte céntimos por cada libreta de apuntes de 20 páginas que soliciten. El IES La Torreta de momento está exultante con la experiencia.