El paraje natural del Clot de Galvany, de propiedad municipal, no sólo esconde riquezas medioambientales, sino también arqueológicas, según se ha puesto de manifiesto en la primera campaña de excavaciones que se ha realizado en este espacio y cuyas conclusiones se han hecho públicas. En el Clot, hoy un paraíso terrenal para las aves, hubo asentamientos humanos en la época romana, entre los siglos I y IV antes de Cristo. Los trabajos realizados por Jaime Molina, Francisco Llidó y Carolina Frías han puesto al descubierto la existencia de una antigua fábrica de salazones romana.

Hubo un tiempo, durante la colonización romana, y, ya más tarde, en los siglos XVIII y XIX en los que el Clot de Galvany estuvo ocupado y aprovechado por el hombre, según se desprende del trabajo que han realizado investigadores de la Universidad de Alicante, quienes durante el pasado verano dirigieron excavaciones arqueológicas en el paraje. Este verano no se han reanudado los trabajos por falta de financiación, pero el Ayuntamiento de Elche no descarta, según apunta el concejal de Medio Ambiente, Alejandro Pérez, que las excavaciones prosigan en breve.

En el Clot se han hallado, en la zona de El Cabezo, fragmentos de ánforas de entre los siglos II y I antes de Cristo y presencia de vajilla ibérica de una etapa tardía, del siglo I antes de Cristo, apuntan en sus conclusiones los arqueólogos. El único edificio excavado hasta el momento en la zona se distribuye en una planta rectangular que dispone de pórtico y tres ambientes diferenciados. La estructura no es considerada como habitable por los expertos que sostienen que "se trata, sin duda, de un establecimiento pensado para la explotación de los recursos naturales del humedal". La construcción, excavada en parte, no ha podido ser datada hasta la fecha.

Los resultados de esa primera campaña de excavación parecen haber animado a los responsables municipales sobre la necesidad de conocer más sobre la historia del paraje natural municipal. "La idea que tenemos es seguir financiando más campañas de excavaciones para conocer más", plantea el concejal Alejandro Pérez, quien se muestra interesado en profundizar sobre las funciones del edificio que se ha excavado parcialmente. "Era un establecimiento para explotar los recursos naturales del humedal. la hipótesis que se baraja es que estuviera dedicado a la producción de salazones, que fuera una fábrica de salazones".

Los restos arqueológicos hallados apuntan a que el lugar fue abandonado en el siglo IV antes de Cristo, "había mayor inseguridad y se abandonaban las instalaciones agrícolas", expone Pérez, defensor de seguir investigando para conocer los secretos que esconde un humedal que ha sido recuperado con gran esfuerzo inversor y de medios por parte del Ayuntamiento a lo largo de estos últimos veinte años.

Al margen de lo que las excavaciones arqueológicas puedan dar de sí en el futuro, lo que hoy por hoy es una realidad en la zona húmeda es que el Clot de Galvany es un espacio de un singular valor natural. Recientemente, ha obtenido el reconocimiento expreso a su importancia con la declaración como zona de especial de protección de aves, al ser residencia de un buen número de aves amenazadas.