El fiscal ha solicitado una pena de tres años de cárcel para cada uno de los dos agentes de la Policía Nacional que custodiaron al joven nigeriano que perdió la vida en un avión cuando iba a ser deportado a su país. El ministerio público considera a los policías autores de un delito de homicidio por imprudencia grave.

El caso recayó en los juzgados de Elche -en concreto, del órgano de Instrucción número 1 de la ciudad- ya que el fallecimiento de la víctima se registró cuando se estaba realizando el traslado del joven a Lagos, circunstancia que obligó a detener el vuelo y aterrizar en las instalaciones aéreas de El Altet.

Los hechos sucedieron el 5 de junio de 2007 cuando, desde el aeropuerto de Barajas en Madrid, se inició la expulsión de España del fallecido. El chico, que tenía 23 años, fue acompañado por los dos acusados hasta los calabozos del aeropuerto, "negándose a embarcar", según recoge la calificación de la fiscalía.

La situación provocó que la orden se pospusiera hasta el día siguiente, fecha en la que los dos agentes encargados de trasladar al chico tampoco pudieron llevarla a cabo por la resistencia y "actitud violenta" del afectado.

El 9 de junio los dos procesados, adscritos a la Brigada de Extranjería, volvieron a intentar ejecutar la salida del país "a toda costa", ya que en tres días finalizaba el plazo máximo de internamiento posible para el joven. El escrito del fiscal recoge que los efectivos llevaron a la víctima hasta la Terminal 4 de Barajas "esposado" ante su negativa de abandonar España.

Como ya sucediera en los anteriores intentos, el chico "realizó una oposición tenaz", según incluye la fiscalía en su calificación de los hechos. Una resistencia que los acusados contrarrestaron inmovilizándole "con cinta adhesiva alrededor de sus brazos y piernas".

Tras esto, los agentes llevaron a rastras al chico hasta el vehículo policial mientras éste continuaba "forcejeando". Ante esta situación, los procesados "colocaron una cinta adhesiva" alrededor de su cabeza. Una actuación que, según se puntualiza en la calificación del acusador público, se realizó "sin que exista un protocolo u orden alguna que permita el uso de este tipo de actuación, máxime dado el estado de alta agitación" que presentaba el afectado.

La cinta "impedía sobremanera la respiración a la víctima" que fue embarcada en el avión con la ayuda de otros agentes teniendo que "sentarlo a la fuerza" por los intentos que realizaba para liberarse.

El "gran esfuerzo y agitación" junto a la "falta de oxígeno y una oclusión de las vías respiratorias" fueron las causas que produjeron la muerte del joven nigeriano, precisa el escrito.

El fallecimiento se registró a tan sólo cuarenta minutos del despegue, cuando el avión sobrevolaba Argel. Fue en ese momento cuando los dos agentes acusados se dieron cuenta de la situación e "informaron al comandante de la aeronave", quien procedió a aterrizar en el aeropuerto de El Altet.

El fiscal solicita junto a la petición de cárcel una indemnización para los familiares de 180.000 euros.

Los agentes serán finalmente juzgados por un delito de homicidio y no por una falta de imprudencia leve con resultado de muerte como estableció en un principio el juzgado de Instrucción número 1 de Elche. La decisión se produjo tras la resolución de la Audiencia Provincial de Alicante de estimar el recurso presentado por el abogado de la familia del joven.