El Elche regresó el domingo al segundo puesto cuatro meses después. La victoria frente al Cornellà (3-0), con los goles de Benja (2) y Collantes, y la derrota del Villarreal B ante el Valencia-Mestalla (2-0) en Paterna, ha llevado al conjunto de José Rojo, Pacheta a esa posición en la tabla.

Ahora, el entorno franjiverde tiene un dilema, cuando quedan ocho encuentros por disputarse, mirar al Mallorca, que lidera la tabla, con ocho puntos de ventaja cuando llegó a estar a catorce, o al quinto clasificado, el Lleida, que se encuentra a cuatro.

Tanto bermellones como catalanes deben pasar por el estadio Martínez Valero en dos encuentros que pueden ser catalogados de seis puntos, incluso de siete, si nos fijamos en el coeficiente de goles con ambos contendientes.

Dentro del vestuario, el técnico burgalés prefiere avanzar con los pies en el suelo y ha vendido el modo partido a partido, aunque suene a tópico y pueda considerarse de poco ambicioso. Tras superar al cuarto clasificado el domingo confesó que «ahora sólo pienso en ganar el próximo domingo al Ebro en Zaragoza».

En esa misma línea, el máximo goleador franjiverde Benja declaraba de manera categórica: «No quiero oír hablar del Mallorca. Cada vez que lo hemos hecho hemos pinchado y ellos se han distanciado. Tenemos que pensar en nosotros e ir pasito a pasito, como hormiguitas. Así van a llegar los resultados».

No obstante, en el fuero interno del equipo existe la ilusión de que puede alcanzarse esa primera plaza y el mismo preparador de Sala de los Infantes reconoce que «no es una utopía» lograr ese primer puesto que te permite jugar el ascenso a una eliminatoria, aunque ahora lo principal es asegurar el play off y, sobre todo, encontrarse bien en el momento decisivo de la competición, en la que está en juego el ascenso. «Lo importante es llegar a los últimos partidos en gran estado de forma, y lo estamos. El primer puesto lo tenemos a 8 puntos, pero tenemos ganas e ilusión de lucharlo», dice Collantes.

Duro calendario

Si nos fijamos en los calendarios de Elche, Mallorca y Lleida se llega a la conclusión de que todo puede suceder y que lo importante es estar con la cabeza limpia en ese tramo de la competición.

El equipo balear debe visitar a Hércules, Valencia-Mestalla, Elche, Sabadell y Deportivo Aragón, mientras recibe en su estadio a Lleida, Olot y Badalona.

El Elche jugará en el Martínez Valero frente a Villarreal B, Mallorca, Lleida y Hércules, mientras que tiene que desplazarse a los campos de Ebro, Formentera, Valencia-Mestalla y Olot. En casa está la clave.

Finalmente, el Lleida, se mide en su cancha a Formentera, Valencia-Mestalla y Olot. Jugará fuera con Villarreal B, esta jornada, Mallorca, Hércules y Sabadell.

El sello del entrenador

El llamado «efecto Pacheta» va cogiendo forma y en los tres partidos disputados por el equipo ilicitano bajo su dirección ha sumado siete puntos de nueve y, lo que es mejor, sólo le han marcado un gol, apenas le crean ocasiones, y, en la portería contraria, ha sumado seis dianas. «Si ganas las segundas jugadas, los balones divididos y te quedas con la pelota estás más cerca de ganar. Ahí marcas la diferencia. Tenemos un buen bloque, pero nos hacía falta salir victoriosos en esos balones, llevar la iniciativa del juego y jugar muy rápido, con movimiento en bandas», recordaba el extremo gaditano Collantes, un buen resumen del libro de estilo del nuevo técnico del Elche, que ha logrado que el equipo aumente su intensidad.

En el último partido de Liga, con el Cornellà como rival, ha quedado demostrado que el Elche es un equipo sólido, capaz de ganar con y sin balón. Tuvo un comienzo demoledor en el que sólo marcó un gol, pero luego manejó a la perfección los tiempos del duelo apelando a su seguridad para lograr los otros dos y alcanzar una victoria de prestigio que refuerza el mensaje del entrenador.

Además, la primera parte en Alcoy ha dejado claro que pese a las dimensiones del campo y a la presión del rival se puede ir a cualquier sitio a ganar sin complejos. Con esa mentalidad va a salir el domingo ante el Ebro el equipo. Luego, el resultado puede ser adverso, porque los partidos a veces se decantan de un lado o de otro según pequeños detalles, pero la idea de ir a por el rival ya está en el disco duro de cada jugador. Es innegociable. El Elche tiene que demostrar que es un equipo grande, pero no sólo en su juego, sino también a la hora de ser más intenso que el rival. El Ebro espera, pero se puede soñar en metas superiores.