Mario Barrera y José Rojo «Pacheta», entrenadores de Alcoyano y Elche, respectivamente, son conscientes de lo que hay en juego el domingo, a partir de las 17 horas, en El Collao y no quieren dejar nada a la improvisación. Los franjiverdes desean confirmar la mejoría mostrada el pasado domingo ante el Llagostera, en el debut del preparador burgalés, dando un puñetazo encima de la mesa de la Liga ganando el partido, mientras que los blanquiazules necesitan brindar a los suyos un triunfo después de cuatro meses sin hacerlo en su campo.
Son días en el que las pizarras de ambos técnicos están echando chispas. Pacheta, que entrenó ayer con sus jugadores sobre el césped del Martínez Valero, diseñó un entrenamiento encaminado a que sus pupilos se acostumbren a las dimensiones de El Collao, 102 x 63 metros por los 108 x 70 del coliseo franjiverde. Los futbolistas trabajaron la presión sobre un campo reducido, con líneas a ambos lados.
Se ensayó la salida de balón, sin asumir riesgos, pero tratando de que el esférico se distribuya lo antes posible a las bandas como medio de llegar al área rival. No apela nunca al pelotazo como se le recuerda cuando dirigió al Hércules.
Entre las distintas probaturas realizadas insistió en jugar con una línea de cinco defensas, con Zotko, Gonzalo Verdú y Neyder como centrales, mientras Tekio y Manu actuaban por los carriles.
Falta saber si al final Pacheta decidirá apostar por este sistema o seguirá con el 4-1-4-1 que puso en liza hace una semana ante la UE Llagostera, al que se le han caído dos piezas por lesión, Manuel Sánchez y Collantes. Sus puestos serían ocupados por Jony y Josan, que tuvieron minutos en el último duelo de Liga.
Si al final apuesta por los tres centrales, a Pacheta se le caería un hombre del centro del campo porque seguiría apostando por los extremos. Quedan días por delante para hacer distintas pruebas, aunque ayer el lateral Manu confesó que no esperaba cambios.
Por su parte, en el bando blanquiazul las bajas por sanción de los centrales Mario Fuentes y Tomás Ruso, asiduos del «once», deja con escaso margen de maniobra al entrenador del Alcoyano, Mario Barrera que cuenta con 16 efectivos para recibir al Elche.
El argentino, obligado a renunciar a la línea de cinco defensas, ensayó ayer un nuevo sistema (4-3-2-1) en el campo sintético de La Vía de Cocentaina con el mediocentro Javi Ribelles en el eje de la zaga formando pareja con el zurdo Cristian Galas. De confirmarse, Barreda mantendrá la demarcación de lateral derecho, principalmente porque el recambio natural, Álvaro García, continúa con el proceso de rehabilitación del esguince de tobillo. En el flanco izquierdo seguirá Navarro.
Retrasar la posición del valenciano Ribelles libera una plaza en la medular que, probablemente, será cubierta por el georgiano Lado acompañando a Mario Arques. Gato, López Silva y Mariano Sanz son fijos en el ataque, mientras que Kilian Morante, con pasado franjiverde y Hernán Lino, pugnan por la plaza restante.
Por otro lado, el portero Miguel Bañuz no participó de la sesión de ayer aquejado de una contusión en la pierna derecha. El ilicitano permaneció en uno de los fondos aplicándose hielo a la altura de la rodilla mientras contemplaba el partidillo. Con todo, será de la partida contra el Elche. Cabe recordar que, además, son baja por lesión el exfranjiverde Eldin y Gonzalo Poley.
