Nino es muy grande. El delantero almeriense, en la semana en la que se le quiso sacar por la puerta de servicio y pasó a ser el cuarto delantero del equipo, necesitó sólo 30 minutos para llevar al Elche hacia al triunfo en Badalona (1-3). Marcó dos goles y dio un pase para que Collantes hiciera el 0-2, pero que marró el extremo analuz.
Salió al campo en el 62 y dio toda una lección de lo que es un jugador de su categoría. Dudar de él es una soberana aberración.
Cuando hizo el segundo, estiró su camiseta y señaló el escudo, ese que lleva desde hace 20 años dentro de su corazón. Josico, técnico franjiverde, ya pudo darse cuenta ayer de que con Nino no se juega fuera de los terrenos de juego, sino dentro, donde los futbolistas se expresan.
El almeriense habla siempre en el campo y la afición lo tiene en lo más alto, por su honradez y carácter. Es un jugador sin caretas, que siempre lo da todo en el campo.
Ni cambios de sistemas, ni tampoco otras zarandajas de técnico que no sabe quién tiene delante. Nino es mucho Nino y lo ha hecho desde que Pedro Pablo Matesanz lo trajo al Elche recomendado por el entonces directivo Joaquín Ferrández. Siempre era el cuarto delantero del equipo en los inicios de campaña, pero terminaba siendo el primero. Donde ha estado ha sido un ejemplo de todo y hasta Martín Monreal, ahora en el Albacete, llegó a decir que era el mejor profesional que ha tenido a su servicio.
El Elche estrenó sistema, Josico apostó por el 4-2-3-1 y los primeros minutos parecieron que algo había cambiado. El Elche tocó bien, Javi Flores se manejó con soltura en el enlace, Collantes insistió desde la banda derecha, mientras que Lolo lo hacía por la izquierda, aunque no es un extremo al uso.
Pero estos inicios no tuvieron la continuidad deseada de un equipo que aspira ser fuerte en la categoría. Los franjiverdes se fueron diluyendo en su juego a medida que el reloj fue avanzando y las llegadas al área del Badalona brillaron por su ausencia. Todo ese buen arranque se perdió como las burbujas de la gaseosa.
El equipo ilicitano, ante la falta de sensibilidad en ataque, trató de salvar los muebles atrás. No obstante, las dos mejores ocasiones de la primera parte fueron obra de un timorato Badalona que buscó sorprender en alguna contra. Serramitja y Maestre pudieron decantar el partido del lado catalán.
En la segunda parte, los locales salieron más metidos en el partido, pero cuando peor estaban los franjiverdes Benja aprovechó una contra para firmar el 0-1.
Seguidamente salió al campo Nino y se volvió al 4-4-2, que fue el que llevó al Elche hacia la victoria. Josico quería cambiar de sistema y contar menos con Nino, pero se vio obligado a volver a jugar con dos puntas y utilizar al almeriense. No estuvo muy acertado en sus previsiones Josico, aunque al menos tuvo la virtud de rectificar a tiempo para que el Elche lograra la victoria frente al Badalona.
El ariete puso el 0-2 en las botas de Collantes, que no supo batir a Morales. En la siguiente jugada empató de penalti Albarrán. El palo fue muy duro para los franjiverdes ya que parecía que tenía el partido decantando de su lado.
En ese momento de dificultad, Nino tomó el mando e hizo dos goles que sentenciaron el partido. Sacó toda su rabia contenida para decantar el duelo del del equipo de su corazón, callar muchas bocas y sumar tres puntos vitales para remontar el vuelo y poner el final a una semana para olvidar en la que se puso en entredicho, de forma gratuita, el saber futbolístico no solo de una leyenda franjiverde, sino del futbolista que más criterio tiene dentro de un terreno de juego en el actula conjunto ilicitano.
Esta victoria debe servir para que las cosas vuelvan a su cauce y la lógica impere dentro del equipo.
