Por si alguien no lo recuerda, todo este proceso de subasta del crédito del IVF con la garantía del 54,7% de las acciones del Elche tiene su origen en el año 2009.

Por aquel entonces, el gobierno valenciano, dirigido por el Partido Popular, en un intento de ganar popularidad (y votos) entre la importante masa de aficionados al fútbol, decidió avalar a los diferentes clubes de la Comunidad Valenciana distintos préstamos, a bajo interés, para que obtuvieran dinero fresco y así poder sanear sus maltrechas arcas.

Pero la jugada salió al revés. Los clubes no pagaron los créditos y las entidades bancarias tuvieron que ejecutar los avales, lo que supuso hacer un agujero todavía más gordo en las cuentas públicas de la Generalitat Valenciana, que se quedó con las garantías de acciones de entidades deportivas que, ahora, está tratando de vender para recuperar parte del dinero de todos los valencianos

Pero no sólo fue ese el problema. El tribunal de la Unión Europea consideró que fueron «subvenciones encubiertas» y de ahí la reclamación de los 4,1 millones, en el caso del Elche, para poder equilibrar los tipos de intereses que, por aquella época, pagaba todo hijo de vecino.

Ahora, ocho años después, todo vuelve a la casilla de salida. Si en aquel entonces el gobierno valenciano avaló un préstamo a cambio de un paquete mayoritario de títulos que, encima, dejó a nombre de la Fundación, que está manejada por los propios directivos y el mismo presidente, en esta ocasión está dispuesto a vender ese crédito impagado a las mismas personas que no pagaron en su día. Porque en 2009 era José Sepulcre el presidente del Elche y, actualmente, es Diego García, pero todo el mundo sabe que quien maneja todos los hilos del club ilicitano es el ex máximo dirigente, como accionista mayoritario a nivel personal.

Nadie discute que sea legal lo que están haciendo. En el mundo empresarial quien tiene la mayoría de las acciones de las mercantiles son los que mandan. Pero parece poco ético que los mismos directivos que dejaron de pagar el préstamo avalado por la Generalitat Valenciana, que han hundido a la entidad franjiverde, con una deuda que ha llegado a superar los 50 millones de euros, y que han provocado el primer descenso administrativo de la historia del fútbol español; ahora, con recursos propios del club y con el estadio Martínez Valero como una de las garantías, se queden con el paquete mayoritorio de las acciones y puedan campar a sus anchas... aunque hasta ahora también lo han venido haciendo con ese dinero público impagado.

Pero también tiene parte de culpa de la situación buena parte de la afición y exdirectivos, que han apoyando de forma sistemática la gestión de Sepulcre y los suyos. Tampoco se puede eximir a «Regeneración» o «Salvemos al Elche», al no haber sido capaces de reunir el dinero para poder hacer frente a Sepulcre y los suyos. Sí que han apoyado a otros inversores externos como Skyline y, ahora, a José Miguel Garrido. Pero sin dinero, pocas cosas, a pesar de la buena voluntad y la pataleta, se pueden lograr.

La patata caliente la tiene Manuel Illueca y el IVF. Está claro que es una subasta pública a la que cualquiera se puede presentar. Pero puede resultar que el adjudicatario sea el mismo que en su día no pagó. ¿Pagará ahora? Estamos de nuevo en la casilla de salida. Veremos qué pasa.