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Raúl Ivars «cocina» el derbi

El exjugador de Elche y Hércules reconoce que en los duelos entre los eternos rivales de antaño durante la semana sólo se hablaba del partido

Raúl Ivars, en su pizzería, con las camisetas de Elche y Hércules que lució cuando era futbolista. rafa ARjones

Raúl Ivars se puso ayer manos a la masa para cocinar el «derbi» que enfrentará el domingo a Hércules y Elche. Un duelo entre dos equipos en los que «viví momentos muy bonitos y que recuerdo con nostalgia». Con los blanquiazules debutó con 17 años, en 1995, de la mano de Manolo Jiménez con el que «tuve la oportunidad de subir a Primera División». Posteriormente, con los franjiverdes «Tolo Plaza me dio los primeros minutos, pero, tras la cesión a Toledo, Julián Rubio me dio la alternativa de ser algo en el fútbol y ese año estuve muy cerca de lograr el ascenso a Primera con los franjiverdes».

«En los dos equipos fui feliz y me sentí futbolista. Y, lo que es más importante, me gané el cariño de ambas aficiones. Tengo muchos amigos en los dos bandos y eso me hace sentirme muy orgulloso», apunta emocionado Raúl Ivars mientras muestra las dos camisetas de Elche y Hércules que guarda como si fueran un metal precioso.

Asume que «ahora a los derbis les falta la tensión y emoción que despertaban antaño. En Segunda B la gente no los ve atractivos y es una pena que ambos clubes no se midan en la máxima categoría. Como mínimo debían estar en Segunda. Antes se paraban las ciudades y durante la semana previa sólo se hablaba de fútbol. Era algo increíble».

En la pizzería La Tagliatella que regenta en Alicante, el fino excentrocampista condimentó dos pizzas, una para cada equipo. Para los ilicitanos, de pepperoni, y, para los blanquiazules, de speck.

La primera tiene un sabor fuerte y picante. «El Elche tiene una buena plantilla, con un potencial enorme, pero me da la impresión de que sólo reaccionan cuando le metes algo de picante a los partidos. Es decir, cuando tienen a rivales que les exigen o como en el caso del Atlético, en la Copa en el Martínez Valero, que es superior a ellos. Sólo así sacan lo mejor de sí mismos y, por tanto, necesitan algo que les motive», comenta entre risas antes de señalar que «me gustaría que los dos subieran».

Por contra, a los dirigidos por Claudio Barragan, que «cuenta con una plantilla que mezcla la veteranía con la juventud a partes iguales», les ha cocinado una de especk . «Es un jamón con un distintivo sabor a enebro originario de la región histórica del Tirol, que se cura con sal y se ahúma. Que necesita tiempo, como al Hércules, para que el sabor (los resultados) sea muy exquisito. Hay que aplicar paciencia al condimento final».

Raúl Ivars vivió dos derbis como futbolista. Uno en el bando blanquiazul, «en un duelo de carácter amistoso que se jugó en el Martínez Valero. Y, el otro, como franjiverde, en el Rico Pérez, que empatamos a cero, con Julián Rubio».

Si tuviera que destacar en su trayectoria jugadores que le impresionaron citaría en el bando ilicitano «a Nino, Paco García, Benja, sin olvidar a otros que vinieron de fuera como Moisés o Acuña, que llegó aquí en su peor momento, sí se notaba que era un futbolista de otro nivel».

Como jugador del Hércules «me tocó estar al lado de Alfaro, Jankovic, Rodríguez o Paquito. Eran mi ejemplo a seguir en mis inicios».

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