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Cuxart: «Nunca olvidaré el gol en Barakaldo»

El Elche homenajea el sábado antes del partido frente al Mestalla al punta catalán por su gol en Lasesarre que significó un ascenso a Segunda

Cuxart celebra el gol marcado en Barakaldo. José GArcía

Enric Cuxart (Cornellà de Llobregat, 27-03-1967) tendrá el sábado su homenaje en los prolegómenos del partido que enfrentará al Elche con el Valencia Mestalla en el Martínez Valero a partir de las 18.30 horas. Más de 20 años después de lograr en Barakaldo el ansiado ascenso a Segunda con un gol suyo, que nadie olvida en el entorno franjiverde, volverá a revivir en el coliseo ilicitano aquella jornada que lleva muy dentro de sí. «No me lo esperaba y cuando me llamaron esta semana no terminaba de creerme que se acordaran de mí», reconoce el exfutbolista afincado en Valencia, antes de confesar que «tengo un gusanillo dentro y estoy hasta nervioso. Yo soy un tío tranquilo, pero me ha tocado la fibra. No pasan las horas y ya tengo ganas de volver a pisar el césped del Martínez Valero y ver a la que fue mi afición y de la que nunca me he olvidado».

Reconoce que «me hubiera gustado coincidir el sábado con Mir en el banquillo, que también salió de Mestalla como yo. Su destitución, desde la lejanía, me ha sorprendido, porque el equipo era segundo y sólo el Mallorca, con un gran potencial, se ha ido en la tabla».

Cuxart, que como futbolista era nueve, un delantero centro que marcó 42 goles con la zamarra franjiverde en tres campañas, como persona es un auténtico diez. Se emociona sólo de recordar aquella gesta vivida en Barakaldo. «Jamás me olvidaré de aquel partido y del gol en Lasesarre. Fue algo muy grande, la culminación de una gran campaña», relata mientras dice que «en el Elche volví a disfrutar del fútbol. Pasé de estar en Primera División con el Valencia y Espanyol a ser un desconocido del fútbol. Llegué procedente del Cartagena y aquí me volví a reivindicar».

El delantero catalán cuenta que «el día anterior al partido entrenamos en Lezama y dentro del grupo teníamos claro que íbamos a subir. Había ese convencimiento a pesar de que debía acompañar también el resultado del Deportivo B-Córdoba».

En el minuto 3 «un balón se quedó muerto en el área y rematé con la izquierda. Luego, llegó la expulsión de Dani Marín y el hecho de que Ciriaco Cano nos sustituyera a mí y a Claudio, en el 40, por Emilio y Sukunza. La segunda parte en el banquillo resultó un suplicio. El reloj no avanzaba, Claudio se ponía de rodillas y besaba una estampa de la virgen, las informaciones que venían de La Coruña eran buenas, pero no te podías fiar porque en un minuto se pueden hacer dos goles... Lo pasé muy mal. Con el pitido final y la confirmación del ascenso la explosión de júbilo fue impresionante con más de 1.500 ilicitanos locos de alegría en el campo».

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