¿Y ahora, qué? Esa es la pregunta del millón que se hace el entorno franjiverde después de la derrota sufrida ayer en Son Moix a manos de un Mallorcay se va en la tabla a 14 puntos. Todo un mundo para los franjiverdes que deben pensar en meterse entre los cuatro primeros y olvidarse de otras quimeras. Los ilicitanos son terceros, con 25 puntos, y se ven favorecidos en esta jornada de las derrotas de Hércules y Alcoyano y los empates de Villarreal B y Ontinyent.

Parecía todo muy sencillo, al más puro estilo del mago Tamariz y su popular «tachan tachan». Cambiamos de entrenador y todo se arregla. Hasta el dicho popular afirma que cada vez que se sustituye a un técnico en el banquillo la victoria es segura. Dicho y hecho. Dejamos a Vicente en el camino, hablamos de que no tiene conexión con el vestuario y miramos para otra parte.

Pero el fútbol es complejo de por sí, hasta para lo que lo hacen bien, pero castiga sin piedad a los que se quedan en medio y no tienen criterio a la hora de tomar decisiones.

A nadie con dos dedos de frente se le ocurre prescindir del entrenador en la semana que va a jugar con el líder y no tiene un recambio, ni plan B como se ha demostrado. Juega al ratón y el gato durante toda la semana y, como los trileros, un día enseña a uno, al día siguiente a otro, y, el tercero decide que Acciari, preparador del filial y que no se puede sentar en el banquillo por sanción, y Óscar Sánchez, segundo del defenestrado Mir, se enfrenten con un Miura llamado Mallorca.

Una auténtica charlotada que terminó con un 2-0 en contra y la sensación de que se ha perdido el rumbo. Llegará otro entrenador, Diego García se vestirá de Tamariz y hará propio su popular «tachan tachan», pero el virus de la duda ya se ha metido en el vestuario y de luchar por ser líder ahora toca cambiar de chip y pensar en que la promoción de ascenso es lo único en lo que se puede pensar mientras se recuperan las sensaciones que se perdieron en el camino.

García afirmó ayer que, pese a la mala dinámica, el Elche sigue en zona de promoción, aunque ha perdido la segunda plaza, e insistió en que la decisión del consejo sobre un nuevo entrenador «no pasa del lunes», por lo que hoy se puede saber el nuevo nombre, aunque la operación no está cerrada.

En las últimas horas se han caído de la lista, por diversos motivos, los nombres de José González, David Vidal, Paco López y Javi López. Sigue sobre la mesa la opción de Eloy Jiménez, con el que Jorge Cordero habló la pasada semana y gusta, aunque ha resurgido con fuerza la de Raúl Agné, que la última campaña estuvo en el Zaragoza, aunque lo de dirigir en Segunda B no le apasiona. De todas formas, tiene ganas de volver de nuevo al ruedo futbolístico tras su salida del equipo aragonés.

El que venga tendrá que solucionar los problemas de un Elche que ayer fue un equipo ordenado durante 45 minutos, supo presionar bien al rival, pero le faltó tener mas claridad de ideas a la hora de pisar el área de Reina. El dúo Acciari-Óscar Sánchez apostó por situar arriba a Nino, con Collantes entre líneas, tratando de abrir huecos al líder. Provencio regresó a la medular y Diego Benit0 tuvo libertad para moverse por toda la medular.

El equipo tuvo el balón y en la presión, con una línea adelantada, consiguió frenar a un rival al que no le preocupó dejarse dominar, consciente de que su margen de puntos le permite manejar los tiempos de los partidos sin arriesgar. Sabiendo que cuando tuviera su oportunidad no la va a fallar.

El objetivo de los primeros 45 minutos se cumplió, tal como los técnicos franjiverdes los habían diseñado en la pizarra. Los jugadores ilicitanos se fueron al vestuario pensando que se podía hacer algo frente al líder. No parecía tan fiero el león, pero quedaba un mundo.

Pero, casi sin salir del vestuario tras el asueto, todo el andamiaje se vino abajo. El Mallorca se encontró casi sin querer con lo que buscaba y sabía que podía encontrar.

Salva Sevilla dio el pase a Abdón Prats, Tekio se vio sorprendido y para evitar el gol del rival cometió penalti y dejó al Elche en inferioridad numérica. Lago Junior no falló la pena máxima y puso a los suyos con ventaja en el marcador.

A partir de ese momento, ya sólo existió un equipo en el campo, el Real Mallorca de Vicente Morero. La frágil moral de los franjiverdes se vino abajo y la cabeza de los futbolistas ya se perdió en dudas. Otro error defensivo provocó el 2-0, obra de Álex López, y los ilicitanos ya sólo fueron un alma en pena sobre el césped del coliseo balear.

El 2-0 recibido en Mallorca pone el broche a una semana plagada de decisiones nada lógicas. El que siembra vientos, recoge tempestades. Si Vicente Mir cayó por sensaciones, las que se mostraron ayer en Mallorca tampoco invitan al optimismo y ya se ha quemado un primer cartucho. Ni con Mir, ni sin el técnico valenciano, tienen solución los problemas de este Elche si desde la misma zona de palco no se actúa con sensatez. Igual no había tanto equipo como se decía y hay que resetear la situación lo antes posible.