El Elche lo intentó en Villarreal, planteó un partido para ganar, pero le faltó una mayor precisión en el último pase para decantar la balanza de su lado. El duelo resultó competido, las dos escuadras quisieron tener el balón, pero todo ese trabajo de cocina luego no se reflejó en el comedor, en el área, en el lugar en el que se decide si el menú preparado es el adecuado y recibe la nota de los comensales.

Muchas cosas se hicieron bien, pero la salsa en el fútbol sólo la ponen los goles y en esta ocasión pasaron de largo por la Ciudad Deportiva del conjunto azulejero.

El partido apenas contó con ocasiones de marcar y sin balones en la red no hay paraíso. Mucho toma y daca, fuegos de artificio, pero sin pisar el área con verdadero peligro, lo que impidió que tanto el meta local Diego, como el franjiverde, José Juan, mostraran sus virtudes bajo los palos. Apenas intervinieron.

En la última jugada del partido Iván Sánchez tuvo el gol del triunfo, pero su disparo se marchó arriba, tras una buena jugada por banda derecha de Collantes. Hubiera sido bonito ganar en ese momento, pero el balón se le fue arriba al jienense.

Unos minutos antes, el filial amarillo estrelló un balón en el palo tras un contralgolpe que no supo culminar Darío. Edu Albacar y Javi Flores se liaron a la hora de sacar un córner y la contra del conjunto amarilla pudo resultar fatal. Se quedó en un susto.

El duelo resultó muy igualado y el reparto de puntos justo, aunque el Elche terminó más cerca de la portería contraria que los amarillos.

La presión franjiverde fue buena, pero a los pupilos de Vicente Mir les faltó el último pase y el tener ocasiones claras en el área rival.

Vicente Mir apostó inicialmente por un equipo más «jugón», con Diego Benito llevando la manija del equipo en la medular y Javi Flores entre líneas, Iván Sánchez tratando de romper por bandas y Sory Kaba y Nino en el ataque.

Los franjiverdes comenzaron el partido realizando una presión sobre el rival para evitar que salieran con el balón controlado. Algo semejante a lo que dibujó el filial amarillo, lo que obligó a Diego Benito a bajar a recibir balones cerca de su área para tratar de superar la presión que hacían Dalmau y Pedro. No se podían cometer errores y en esa tarea los ilicitanos estuvieron bien.

En el aspecto ofensivo, los franjiverdes trataron de explotar por su banda izquierda, con Edu Albacar y Javi Flores, mientras que el rival buscaba los balones por el centro y la velocidad para tratar de sacar los colores a los centrales Primi y Golobart. Ni uno, ni otro equipo logró su cometido ya que las defensas se mostraron firmes en su empeño de anular al rival y los porteros sólo tuvieron que estar atentos a las contras.

Tanto Vicente Mir como Miguel Álvarez conocían las virtudes y defectos del rival, para eso tienen los vídeos y ojeadores de ambos equipos, y todo quedó a la improvisación de los hombres de arriba. El resto del partido fluyó encorsetado y el equilibrio fue máximo. Las áreas apenas se pisaron, parecían un auténtico campo de minas que nadie osaba a pisar salvo los metas.

Hubo riesgo, pero con red. El Elche trató de tener la línea defensiva lo más lejos posible del área para agobiar en la salida del balón al rival y en esa tarea se estuvo bien y la solidez atrás permitió llevar el encuentro sin muchos sobresaltos.

Sin embargo, en la creación el equipo no estuvo fino. Benja, sustituto del lesionado Sory, no tuvo la chispa suficiente para aparecer en el área en plan pistolero. Siempre fue muy previsible y cuando le buscaron los extremos tampoco estuvo en la zona de peligro. A Flores le costó mucho romper por banda, aunque en la segunda parte se fue soltando y fue capaz de llegar al área y desbordar. En la recta final del derbi el Elche llegó más entero y pudo dar el zarpazo definitivo, pero le faltó chispa para noquear a un Villarreal B que también sabe a lo que juega.