Edu Albacar puso el balón sobre el área y Javi Flores apenas lo peinó para mandarlo al fondo de la red. El lateral dibujó el centro y el centrocampista cordobés sólo tuvo que rozarlo para que el meta rival Salva se viera obligado a certificar que el esférico había entrado dentro. La explosión de júbilo resultó tremenda porque después de tanto sufrimiento la victoria caía del lado ilicitano y esos tres puntos se unían a la victoria cosechada el domingo en Cornellà. El Real Mallorca ha pasado de estar a diez a seis en apenas tres días. La carrera continúa y la fórmula no es otra que la creciendo como equipo y no desfallecer. Pura carrera de fondo.

El gol, que llegó en el minuto 85 como premio a su fe en la victoria, permitió al Elche sumar los tres puntos ante un CD Ebro ordenado al que le fallaron las fuerzas en la recta final del duelo cuando los ilicitanos metieron la última marcha. Dos minutos antes, en el 83, Teo Tirado cometió un penalti de libro sobre Iván Sánchez que el colegiado Sureda Cuenca liquidó sacando una cartulina amarilla al extremo franjiverde.

Los ilicitanos sufrieron demasiado ante el Ebro, mezclaron buenos momentos con otros peores, pero, al final, recibieron el aplauso de una afición que supo reconocer el trabajo de los dirigidos por Vicente Mir.

Comenzó marcando Nino en el 50 y empató Mainz, en un error defensivo en el 58. La fe en el triunfo mueve montañas y el conjunto franjiverde sumó los tres puntos gracias a que nunca bajó los brazos y siguió insistiendo. Además, Vicente Mir movió bien el banquillo y la entrada en el campo, en la segunda mitad, de Iván Sánchez, Manuel y Edu Albacar le dieron un plus al equipo hasta llegar a conseguir el triunfo.

Diego Benito en la medular

El Elche trató de dominar la medular con Diego Benito durante la primera parte, con Nino en labores de enganche, pero no encontró el camino hacia el área de Salva. Se falló en el último pase y por bandas apenas pudo desequilibrar a un Ebro muy bien organizado y que supo cerrar huecos al conjunto ilicitano. Tanto los laterales, como los extremos, se atascaron durante muchos minutos y no llegaba con peligro al área rival. Los ilicitanos lo intentaron, contaron con ocasiones para desequilibrar la contienda, Nino estrelló un balón en el larguero, en el minuto 30, pero ese primer gol, el de la tranquilidad no quiso aparecer. El Elche se volcó en los últimos minutos, pero faltó acierto a la hora de la verdad.

Mir introdujo siete cambios, dio más frescura al equipo y el mando se lo dio a Diego Benito. El equipo local se ahogó durante muchos minutos al Ebro. Comenzó intenso, perdió un poco la compostura por momentos, pero terminó la primera mitad a ritmo de crucero por las aguas del conjunto maño, pero sin convertir en gol ninguna de sus ocasiones.

El asueto le vino de maravilla al conjunto ilicitano. En la reanudación, en apenas cuatro minutos, dispuso de tres ocasiones claras de marcar. Dos de Sory Kaba y una de Javi Flores. Pero, paradójicamente, en el 49, Mainz perdonó al Elche. Se marchó en velocidad, tras una contra del Ebro y, en el mano a mano con José Juan, el gallego movió muy bien sus pies y le sacó en última instancia el balón. El delantero del conjunto maño tenía al lado a un compañero esperando para empujarlo al fondo de la red, pero prefirió resolver él.

Y del posible 0-1 se pasó al 1-0. Así es de caprichoso el fútbol. Nino recogió un balón en la línea de tres cuartos, abrió a banda derecha para que Iván Calero llegara hasta el fondo y lo pusiera de nuevo sobre el delantero almeriense, que de cabeza, lo envió dentro de los tres palos.

Lo más difícil se había hecho. El Elche había sido capaz de romper la muralla aragonesa y estaba jugando a la velocidad adecuada. En el entorno ilicitano ya se pensaba que todo era coser y cantar. De repente, apareció un extraño y el equipo de Mir sufrió una pequeña desconexión. Adrián Jiménez abandonó el campo en camilla, luego regresaría sin problemas, se vivieron minutos de zozobra y en una falta mal defendida por la retaguardia franjiverde, semejante a la que costó el empate a tres con el Atlético Baleares, llegaba la igualada en el minuto 58.

El mazazo fue tremendo. Los jugadores franjiverdes vivieron minutos en los que parecían haber perdido el control del duelo ante un Ebro que empezaba a creerse que con sus armas podía pescar en el Martínez Valero.

Acierto en los tres cambios

Vicente Mir movió ficha y le dio otra marcha al equipo con el fin de aumentar el nivel competitivo en la recta final del duelo. La salida al campo de Iván Sánchez por un Collantes ya muy cansado; de Manuel por Provencio; y de Edu Albacar por Adrián Jiménez resultaron determinantes.

El extremo consiguió desequilibrar por banda e incluso le hicieron un penalti que el árbitro no quiso pitar. El centrocampista cogió las riendas de la medular y ayudó en su tarea a Diego Benito para darle el último empujón al partido a la hora de meter al Ebro en su cueva. Y, el lateral, sacó a pasear ese «guante» que tiene en su pie izquierdo para ponerle el esférico a Javi Flores y éste lo peinara hacia atrás y lograra el tanto del triunfo.

Costó llegar al 2-1. Además del penalti no señalado a Iván Sánchez que todo el mundo vio menos Sureda Cuenca, Nino se topó en una ocasión con el meta Salva, Javi Flores lo intentó en un par de oportunidades y el guineano Sory Kaba no parecía tener su mejor día dentro del área.

El trabajo al final dio sus frutos y el conjunto de Vicente Mir encontró el ansiado gol y con él el triunfo. Fue mejor que su rival, lo intentó por aire, mar y tierra, y, en esta ocasión, el fútbol quiso ser justo con los franjiverdes.

Se volvió a demostrar que ganar partidos es muy complicado en esta categoría por mucho que el Elche parezca un trasatlántico delante del Ebro, pero aquí todos los equipos están trabajados, saben a lo que juegan y si te descuidas te sacan los colores en un abrir y cerrar de ojos.

El uno por uno