El Elche perdió el liderato a manos del Real Mallorca tras dejarse empatar en el Martínez Valero por el Atlético Baleares (3-3) en el minuto 88, cuando ya saboreaba las mieles de un triunfo aderezado con demasiadas adversidades. El mazazo final fue el reflejo de un partido en el que al Elche le tocó luchar contra demasiados demonios. Cuando parecía que los tenía controlados llegó esa diana que dejaba en el entorno franjiverde un sabor muy agridulce.

Salió satisfecho de muchas de las cosas que presenció sobre el campo, valoró el trabajo del equipo, pero pudo darse cuenta que esto es Segunda División B y que el camino de regreso al mundo profesional tendrá muchas rosas, pero también espinas como las de ayer. Lo de golear un día sí y, al otro, también, es más propio de Disney. No es real y si alguno esperaba que lo fuera así, se está equivocando.

El fuerte calor reinante sobre el césped del coliseo franjiverde, el esfuerzo realizado en la Copa del Rey frente al Hércules, el hecho de que Vicente Mir tuvo que hacer dos cambios obligados en dos minutos, 36 y 37, por las lesiones de Collantes y Tekio, que estaba rompiendo por la banda derecha, y la expulsión de Primi, en el 88, jugaron en contra de los ilicitanos.

No son excusas baratas, sino la realidad de un partido extraño y en el que el dios del fútbol quiso hacer un guiño al rival más modesto en los momentos claves del duelo. Un revés del que habrá que ser capaz de sacar las enseñanzas necesarias para no volver a caer en los errores que también se cometieron en el desarrollo del encuentro. Aprender de los errores hace a los equipos más grandes y el Elche debe ser capaz de separar el grano de la paja y corregir lo que se hizo mal y que llevó a perder dos puntos delante de su afición.

En un día poco afortunado en el capítulo realizador de los hombres de Vicente Mir marcaron tres goles, lo que demuestra el potencial de este equipo. Nino y Collantes fallaron dos claras antes del descanso. Luego, Provencio estrelló un balón en el palo.

Pese a las oportunidades muy claras, no llegó el 2-0 y el paso de los minutos se alió con el rival a la hora de explotar el desgaste físico realizado por el Elche en el derbi. Los franjiverdes fueron perdiendo la frescura y chispa de otros partidos y eso lo aprovechó el Atlético Baleares para clavar sus aguijones. Además, atrás se estuvo demasiado blando y el rival tuvo la suerte de los campeones para hacer sus dianas en momentos claves del encuentro. Los tres goles del conjunto isleño eran evitables. El primero, merced a un penalti de delantero de Sory Kaba, que arrolló a un rival sin motivo aparente. El segundo, en una contra en la que Golobart no estuvo certero en el arranque de la jugada y, luego, Primi, tampoco acudió al rescate. Y, en el tercero, no se supo defender un balón aéreo colgado a la desesperada. Todos fueron a por el esférico y se olvidaron de la segunda jugada cuando el partido ya estaba decantado del lado franjiverde y se había logrado la remontada con el depósito en la reserva.

La baja de Gonzalo Verdú se notó en exceso por el centro de la defensa. La solidez que aporta el cartagenero se sintió ayer frente al Atlético Baleares ya que sus compañeros no estuvieron acertados.

Buena primera parte

Los ilicitanos comenzaron marcando pronto, tras un gol en propia puerta de Borja, en el minuto 11. Centro de Sory Kaba, y el jugador balear mandó el esférico fuera del alcance de su porteros.

Collantes y Nino tuvieron dos ocasiones muy claras de aumentar la cuenta. Se estaba muy cerca del 2-0, pero en el tiempo añadido un penalti cometido por Sory Kaba permitió a Xisco igualar la contienda para los baleares.

En la reanudación, Provencio estrellaba un balón en el palo, en el 52, pero en una jugada de contragolpe rival, que no supo defender bien el central Golobart, era Oliva el que ponía el 1-2 en el marcador.

Físicamente el equipo estaba tocado, pero los franjiverdes tuvieron la capacidad de remontar gracias a dos dianas de Sory Kaba, tras dos balones que le sirvió Nino. El almeriense, con la ayuda de Provencio en la medular, se echó encima al equipo franjiverde.

Pero en el 88, en una jugada a balón parado, Migue Marín hacía el empate ante el desencanto de un equipo que lo dio todo en el campo, tuvo capacidad de remontada pese a que el físico no daba para más. Primeros dos puntos que cede el Elche en su campo y adiós al liderato.

El Real Mallorca, que goleó al Llagostera por 4-0 en la matinal del domingo, toma el relevo de los franjiverdes y deja claro que el mano a mano entre ambos conjuntos se va a mantener a lo largo de toda la temporada.