Juan Francisco Martínez Modesto, Nino (Vera, 10 de junio de 1980) ha sido uno de los jugadores a los que más le ha afectado el descenso del Elche a Segunda División B. Regresó el verano pasado a su casa, procedente de Osasuna, al equipo de su vida, con la intención de llevarlo a Primera y, un año después "me encuentro de baja y en el paro". Tenía una temporada más de contrato pero la cláusula por descenso lo libera de la entidad ilicitana automáticamente. "En ella se deja claro que en el caso de caer a Segunda B queda extinguido", afirma un resignado Nino al que todavía no se le ha ido el disgusto del cuerpo. Su último partido como franjiverde lo disputó en Cádiz ya que unas molestias en la rodilla le impidieron estar frente al Oviedo.

"Ha sido un palo que vale por seis. Después de tantos años jugando al fútbol no esperaba este desenlace. Ver al Elche en Segunda División B es muy duro. Ha sido un descenso criminal", asume.

De momento,quiere descansar y no mirar más allá de mañana hasta que cicatrice su herida. "Voy a escuchar al Elche, si desean que siga, pero antes quiero saber el proyecto que va a hacer y estudiarlo todo. En estos momentos, no hay nadie en el club y me toca esperar y recuperarme física y mentalmente. Yo se lo que siento por el Elche y si nos sentamos a hablar, en el tema económico no van a existir problemas". Un par de equipos de Segunda ya se han interesado por sus servicios.

Nino entiende que los motivos del descenso del Elche "han sido muchos". A su juicio "el equipo ha tenido debilidades durante todo el año, pero se ha visto mal en los últimos ocho partidos. Nos hemos ido a pique y desgraciadamente no pusimos ningún remedio. Tácticamente no estuvimos bien, tampoco desde el punto de vista físico y mental y la mezcla de todo nos llevó al pozo".

El delantero de Vera entiende que "el vestuario siempre ha querido el bien del equipo, ha estado comprometido en todo momento, pero desgraciadamente, todo lo que se hablaba fuera no éramos capaces de plasmarlo en el campo. Por darle vueltas a las cosas no ha sido. Las cosas se repitieron una y mil veces, pero no se plasmaron en el campo, que es donde se ganan los partidos".

Insiste que por encima del "tema físico fue el mental el que nos llevó abajo. El equipo cogió miedo de que se iba a pique, el precipicio cada vez estaba más cerca y ni las piernas, ni tampoco la cabeza respondían. Queríamos, pero no podíamos. Resultó angustioso".

En el hecho de que se debió sustituir a Alberto Toril en el banquillo mucho antes no quiere entrar "porque no es algo que los jugadores debamos resolver " y, a su juicio, "hablar de eso ya no lleva a ninguna parte. La situación es la que es y ahora solo cabe mirar hacia adelante".

Sí reconoce que "defensivamente fuimos muy frágiles desde el primer momento, pero la Liga avanzaba e íbamos combinando una buena con otra mala. Pensábamos que por este camino no pasaríamos problemas. De todas maneras, también llegué a reflexionar que, en el momento en que los de arriba no estuviéramos acertados el equipo lo iba a pasar mal y desgraciadamente así ha sido. No arreglamos el tema defensivo y cuando falló el ofensivo todo se vino abajo".