El Juzgado Central de lo Contencioso Administrativo número 9 ha desestimado el recurso interpuesto por parte del Elche, confirmando la resolución del Tribunal Administrativo del Deporte (TAD) que acordó el descenso de categoría del equipo franjiverde. La resolución no condena al club al pago de las costas. Contra esta sentencia cabe recurso de apelación, cuya posible interposición será valorada por los servicios jurídicos del Elche.

El Elche se queda, de esta manera, si poder recuperar la categoría perdida en los despachos, como había sido solicitado, y de ser indemnizado por daños y perjuicios. Él club llegó a solicitar 61 millones por este concepto.

En el enlace se puede acceder al texto íntegro de la sentencia que ha hecho oficial el portal iusport.com

Una sanción que se consumó durante la temporada

El Elche alegó, entre otras cosas, que estaba al corriente de sus obligaciones tributarias y sostiene en su recurso que cuando recayó la resolución del TAD, ya había regularizado su situación de incumplimiento con la AEAT. No obstante, la jueza dice que "este argumento puede tener acogida pues la infracción por la que se sanciona no se consumó el 31 de julio. La infracción se consumó durante la temporada 2014-2015. La regularización posterior al incumplimiento no elimina la infracción cometida puesto que ya se disfrutó del incumplimiento y de la ventaja competitiva, a la que ya se ha aludido antes".

Además la jueza es muy clara a afirmar que "no puede estimarse como atenuante el que pagase la deuda tributaria, esto es, que regularizase su situación pues dicha regularización sólo se hizo cuando fue sancionado, no antes. Pero es que además, aunque la regularización hubiera satisfecho las exigencias de la AEAT, dicha conducta no repararía todo el daño causado a la lealtad en la competición, que se ha visto burlado, con graves perjuicios para la competición y el resto de clubes".

Una resolución que tira por tierra los argumentos del actual consejo que siempre ha señalado que el descenso vino provocado por el impago a Hacienda, cuando las irregularidades ya habían sido cometidos antes durante la presidencia de José Sepulcre y se disfrutó de una ventaja competitiva desleal.