El Elche es un querer y no poder. Los jugadores tiraron de orgullo, pero los dos goles de Jorge Molina decantaron el encuentro del lado del Getafe (2-0). Los ilicitanos tuvieron en la segunda parte el encuentro donde más querían, pero cuando el empate podía llegar, el delantero alcoyano sentenció para para los madrileños. La primera de las cuatro finales que tenía el Elche para intentar salir de abajo la dejó pasar y son ya seis los partidos que lleva el equipo perdidos de manera consecutiva.

Otro error a la hora de defender una jugada a balón parado, en el minuto 19, permitió a Jorge Molina adelantar al Getafe en el minuto 19. El delantero alcoyano remató de cabeza sólo, ganando la posición a Pelegrín, y envió al esférico fuera del alcance del meta Juan Carlos.

Javi Parras planteó inicialmente un partido largo con la intención de refrescarlo, en la continuación, con jugadores como Nino o Álex Fernández, apostando inicialmente por el músculo de Josete y la lucha arriba de Sory Kaba. Seis cambios en el once incial, con Túñez y Pelegrín como centrales, y Liberto y Hervías en las bandas. Un cóctel para defender bien ante un Getafe que en la presión-recuperación es letal. Una combinación para tratar de romper al rival con la velocidad por los extremos.

La pizarra estaba clara, pero, luego, llevarlo a cabo, resulta complicado por mucho que se contrate a un recuperador de grupo. La mochila de la impotencia franjiverde es tan grande, que todo se hace cuesta arriba.

Además, para colmo de males, otro gol a la salida de un córner y van... Todo se vino abajo en ese instante. El equipo ilicitano quiso, pero no pudo. Fue víctima de su impotencia. Lo intentó. En el minuto 33, un remate de cabeza de Pelegrín, pudo significar el empate, pero el balón salió fuera.

Tras el descanso, el Elche metió otra velocidad, Fabián tuvo el balón y el Elche metió al rival en su campo. A los franjiverdes les faltó mayor precisión en el último pase y todo su dominio resultó baldío para los intereses franjiverdes. Para colmo de males, Molina hizo el segundo y todo se acabó.