Las horas de Alberto Toril en el Elche están contadas, ya no hay vuelta atrás. Esta mañana se hará oficial su destitución tras la reunión que tiene prevista realizar el consejo de administración franjiverde, con el presidente Diego García a la cabeza, en las oficinas del estadio Martínez Valero. La paciencia de los dirigentes blanquiverdes tiene un límite y la gota que colmó el vaso cayó ayer con la derrota ante el Almería por 2-3. El conjunto franjiverde ha entrado en una dinámica peligrosa y por este camino peligra incluso su permanencia en Segunda División. El consejo ya no puede aguantar por más tiempo a Toril como inquilino del banquillo franjiverde y hoy le comunicará su salida.

En un partido clave, el equipo ilicitano dio una triste imagen y se vio superado por un rival que llevaba más de mil minutos en zona de descenso y que con su triunfo de ayer lo abandonó. Las sensaciones que transmite el equipo cada vez son peores y parece haber tocado fondo. Se entiende desde el consejo que es el momento de buscar un revulsivo y ya se está peinando el mercado para tratar de traer a un técnico que pueda dar un giro de 180 grados a la situación. En principio, Vicente Parras, preparador del filial, no entra en las quinielas iniciales de los dirigentes. El precipicio está cada vez más cerca y se está dispuesto a dar un golpe en la mesa después de semanas con paños calientes.

Dos goles a balón parado de Borja Fernández y Ximo Navarro, y otro de Quique, en una jugada entre líneas del equipo rojiblanco, dejaron sin ningún argumento futbolístico a un Elche que llegó a empatar el partido por mediación de Pelayo, pero que luego no tuvo fútbol para ganar el encuentro. En el tiempo añadido Malonga hizo el 2-3.

Diego García, presidente del Elche, confirmó que tras el partido se había producido una reunión con el técnico y con el director deportivo, José Luis Molina, para analizar la situación deportiva, aunque al no estar presentes todos los miembros del consejo la decisión final se aplaza a hoy. Faltaron José Luis Maruenda y Jaime Oliver.

El presidente del Elche confesó, antes de abandonar las oficinas del coliseo franjiverde, que Toril se siente con fuerzas para sacar al equipo adelante a pesar de la mala dinámica y desveló que tanto él como el director deportivo están convencidos de que aún puede revertir la actual situación. Incluso confesó que la plantilla ha declarado que está convencida de que con el técnico pueden sacar esto adelante. «Vamos a esperar a mañana y a escuchar a todos los consejeros para entonces decidir, ya que ahora no queremos tomar una decisión en caliente que pueda parecer precipitada», señaló.

¿Luis Casas?

Este Elche está metido en un laberinto peligroso y lo va a tener complicado salir. Ayer se volvió a ver un nuevo capítulo del desaguisado. La primera parte supuso un canto al desastre. El Elche lo intentó, quiso, pero el equipo dio la sensación de estar sin gasolina. Salvo dos faltas directas lanzadas por Edu Albacar, en las que Casto tuvo algún problema para despejar el balón, poco que señalar en el poder ofensivo franjiverde.

Toril apostó por un 4-4-2, con Guillermo y Nino en punta, mientras que Pelayo estaba en la medular formando pareja con Álex Fernández. Esa pareja nunca tuvo superioridad a la hora de distribuir balones hacia las bandas o sobre los puntas y el atasco ilicitano resultó preocupante. Sin fútbol es casi imposible romper a ningún equipo y menos a un rival que también se estaba jugando la vida. Para actuar con ese sistema se necesita un centrocampista más creador y Pelayo luce más cuando se acerca al área.

En medio de ese querer y no poder, en el minuto 26, en una jugada de estrategia, Borja Fernández adelantaba al Almería al rematar dentro de la red, de espuela, un balón que le puso desde la banda izquierda Fidel.

Si hasta entonces el equipo había estado plano, a partir de ahí, no se pudo nunca llegar al área rival con peligro. El conjunto andaluz lo tuvo demasiado fácil para mantener su resultado.

Tras el descanso, el equipo quiso sacar orgullo y, en el minuto 52, tras una gran jugada de Borja Valle, Pelayo lograba la igualada.

Con el empate a uno el equipo creyó en sus posibilidades, pero, once minutos más tarde, llegó el mazazo. En una jugada a balón parado, Ximo Navarro, casi sin querer, a la salida de un córner, hacía el 1-2. En ese momento se apagaron las luces. El Elche desapareció del partido. La puntilla llegó en el 72. Quique marcaba el tercero y todo se vino abajo. Tan solo el gol de Malonga, en el tiempo añadido, puso el punto y final a una tarde de fútbol para olvidar.

De esta manera se escribía el último capítulo de Toril en el banquillo del Elche. Hay que resetear al equipo y morir en los seis partidos que quedan por delante. Toca buscar entrenador y el técnico del club Luis Casas, que conoce la Segunda, puede ser el elegido, sin descartar al propio director deportivo, José Luis «Chuti» Molina. La papeleta no es nada sencilla ya que el equipo está mal.