«Quien pierde paga». Este es el título de película que podría ponerse a la previa del partido que esta tarde (16 horas) disputan, en el estadio Nuevo Zorrilla, Valladolid y Elche. Los tres puntos son vitales tanto para los dos entrenadores, Paco Herrera y Alberto Toril, como para ambos clubes, cuyo objetivo ahora es salvarse de la quema lo antes posible. El fantasma del descenso ya comienza a escucharse a lo lejos en el entorno franjiverde y no convendría que su sonido se acercara más. Aunque en estos momentos, la situación no es dramática, puede llegar a serlo si no se gana en Pucela y algunos de los equipos que están ahora en el infierno, Almería o Alcorcón, vencen en sus respectivos duelos.

Herrera y Toril se juegan el puesto. El primero ya ha reconocido que siente la espada de Damocles sobre su cuello. El cordobés trata de pensar sólo en la victoria, pero sabe que una derrota puede impedirle sentarse de nuevo en el banquillo franjiverde, por mucho que el presidente Diego García diga que no está cuestionado. No puede afirmar otra cosa en este momento. También, hace un mes, dijo que por él lo renovaría. Lo único que pretende es dar confianza a todo el mundo y que, por este camino, se logre la victoria. Todavía quedan las heridas que dejaron dentro del consejo el varapalo sufrido frente al Numancia (1-3) y la mejor manera de curarlas es sumando los tres puntos.

El consejo sabe mejor que nadie que todo el plan de viabilidad del club ilicitano pasa porque el equipo continúe en la categoría y la victoria de hoy es fundamental. Quedan por delante ocho finales y la de esta tarde es la primera.

El paralelismo entre los dos rivales es sorprendente. Ambos equipos arrojan un saldo de cuatro derrotas, tres empates y tres victorias en los últimos diez partidos. Viven sus peores momentos de la temporada y la victoria, si alguno la logra, puede servir de auténtico balón de oxígeno para el que la consiga. La derrota... Una vez más quedará demostrado el fino hilo que separa el éxito del fracaso. Por delante, 90 minutos para cambiar dinámicas.

Toril ha recuperado para este partido a Pelayo de forma sorprendente. El asturiano ha superado la rotura parcial en el ligamento de su tobillo derecho, sufrida en el partido frente al Real Zaragoza jugado en el Martínez Valero, en un tiempo récord. Se dijo que iba a estar de baja seis semanas, pero su vuelta ha sido muy rápida.

Pelayo es un jugador esencial dentro del esquema del técnico cordobés y su presencia es importante a la hora de conseguir el equilibrio en el centro del campo.

La otra novedad en la convocatoria ha sido la del centrocampista del filial Javi Llor. Toril lo ha elegido para ocupar la plaza de José Ángel. El salmantino jugó de titular frente al Numancia en el centro del campo, junto a Álex Fernández, en una posición que no es la suya, y tuvo que ser sustituido en el minuto 54. Ahora, se ha visto fuera de la lista.

En el once inicial parece seguro el regreso de Iriondo a la banda izquierda, en lugar del sancionado Edu Albacar. Todo apunta a que Pelayo jugará de titular, lo que dejaría al canterano Antonio Caballero en el banquillo. Esa es una de las dudas que tiene el técnico, sin olvidar que, como insinuó el jueves, apueste por jugar con tres centrales, una fórmula que puso en práctica en Tenerife y le salió mal, a pesar de que una semana antes con ese dibujo ganó al Girona.

No se desplazaron ayer por la tarde a tierras castellanas por decisión técnica Hugo Fraile y José Ángel, además del sancionado Edu Albacar y los lesionados Mandi, Matilla, Fabián, Dorca, Pelegrín, Eldin y Guillermo.