El Elche volvió a ser ayer un caricatura de equipo ante el Numancia. El 1-3 final deja bien claro que conjunto ilicitano se queda sin argumentos futbolísticos cada vez que llega un rival trabajado, que sabe cerrar las bandas y le anula el centro del campo. No es cuestión de intensidad o no de los jugadores, sino de falta de fútbol para romper a equipos como el Numancia que les ahogan en la medular. A partir de ahí, los franjiverdes, que sigue sin estar trabajados para este tipo de contendientes, se pierden en un laberinto y muestran una imagen penosa como sucedió ayer. Algo que ya aconteció frente a otros rivales de estas características como Alcorcón o Huesca, por citar dos de los ejemplos más cercanos.

El equipo ilicitano volvió a fallar de nuevo, ya van once, a la hora de sumar dos victorias consecutivas en esta Liga, y, lo que es peor, dejó claro que no va a ser fácil llegar a los 50 puntos que te permiten firmar la permanenciapermanencia. Cuesta sacar los partidos adelante cada día más y el estilo que pregonó Toril, de toque de balón y de mirar al área contraria, se ha ido por el sumidero con el paso de los partidos. El descontrol es tal que ya ni los futbolistas saben a qué jugar. Quieren salvar la situación, pero no encuentran los caminos hacia ella porque los rivales saben cuáles son sus virtudes, pero también todos sus defectos.

El Numancia anuló al Elche durante la primera parte y lo dejó sin fútbol. Jagoba Arrasate le ganó la partida a Alberto Toril desde el inicio. El preparador franjiverde se lo puso demasiado fácil.

La apuesta de José Ángel en el centro del campo, como acompañante de Álex Fernández, salió cruz y, desgraciadamente, no podía caer de otra manera la moneda. El Elche nunca apareció en el campo, la medular estuvo desaparecida y los sorianos jugaron a su antojo en la sala de máquinas.

Se adelantaron en el marcador los visitantes por mediación de Ruiz de Galarreta, tras un error del portero Juan Carlos, pero el meta franjiverde ya había salvado al equipo de otras dianas en dos ocasiones anteriores. La falta de puntería de los sorianos evitó que el alcarreño no viera perforada su portería antes.

Tras el descanso, Nacho hizo el 0-2 y prácticamente dejó el duelo visto para sentencia.

Pese a la horrorosa primera parte, Toril no movió ficha y siguió jugando a lo mismo. La lógica se cumplió y el Numancia hizo el segundo. Sólo entonces el preparador cordobés optó por variar y sacó al campo a Malonga y al canterano Antonio Caballero.

Demasiado tarde para enmendar el entuerto. Con el canterano en el campo y un nueve referencia arriba se volvió a un equipo más lógico y con más balón. De todas formas, se prescindió del centro del campo y se apostó por un juego más directo.

Borja Valle acortó distancias en el minuto 72 y quedaba tiempo para al menos empatar el duelo. Se tiró de coraje, el Elche contó con un par de ocasiones para igualar, pero la escuadra castellana supo manejar el tiempo del duelo y quedarse con los tres puntos. Incluso, en el tiempo añadido, Medina, desde el punto de penalti, hizo el tercero. Edu Albacar fue expulsado tras derribar a Galarreta y el partido tocó a su fin entre la bronca de una afición que ya se teme lo peor.