¿Qué pasa en el Elche? Eso se está preguntado el aficionado franjiverde después de escuchar las palabras del técnico Alberto Toril una vez finalizado el domingo por la tarde el duelo ante el Sevilla Atlético. Tras la satisfacción de haber logrado los tres puntos que ponían freno a una mala racha de resultados y le permitían superar el ultimátum que tenía como inquilino del banquillo franjiverde, el preparador cordobés confesó: «Hay cosas que no puedo rebatir. Hay muchas cosas que no sabéis -en referencia a la Prensa- y que tengo que asumir. Vosotros dais opiniones sin saber la realidad. Yo sí que sé la realidad del club y de la plantilla que tenemos, pero no puedo decir lo que pasa».

Unas declaraciones que sorprenden en una tarde en la que sólo cabía estar satisfecho por el triunfo conseguido y, sobre todo, por los seis puntos que alejan al equipo de la quema después de una demostración de orgullo de unos futbolistas que, conscientes de lo que había en juego, lo dieron todo durante los 90 minutos, a pesar de todas las adversidades.

Acertó el consejo de administración al adoptar la postura más conservadora, tras las derrotas ante Zaragoza y Córdoba que dejaron al equipo a un partido del precipicio. Prefirieron hablar con los jugadores y que el director general tuviera su parte alícuota a la hora de que todo el mundo, dentro del vestuario, viera que delante había una auténtica final que había que superar. No lo tuvo difícil con futbolistas comprometidos como Armando, Edu Albacar, Nino, Pelegrín... que saben anteponer el bien coral al personal.

Hasta se optó por concentrar el equipo en un hotel para dormir la noche del sábado, previa al duelo ante el Sevilla Atlético, con el fin de evitar despistes.Se pusieron todos los aditamentos para lograr la victoria y se consiguió dar el primer paso hacia la permanencia. Ahora, toca remar en la misma dirección de cara al duelo frente al Numancia, que se disputará el sábado, a partir de las 16 horas, en el Martínez Valero.

La nota discordante de toda esa campaña encaminada a enderezar el rumbo del equipo la volvió a poner el técnico en la sala de Prensa. Toril se volvió a equivocar lanzando la piedra y escondiendo la mano en vez de poner la mirada en el próximo partido con el fin de salvar la temporada lo antes posible. Y, si tiene algo que decir, que lo haga, pero no deje caer cosas, para luego no decir nada. Ahora, todo el entorno franjiverde quiere saber lo que pasa en el Elche.

En las comparecencias ante los medios de comunicación el técnico cordobés se caracteriza por sus repetidas excusas y su falta de autocrítica. Ha insistido hasta la saciedad que los rivales tienen un presupuesto superior al del Elche, que cuentan con jugadores de menor calidad... El domingo dio un paso adelante en su lista de excusas y volvió a cabrear al aficionado de a pie, que se fue a casa con la sensación de que bien está lo que bien acaba.

Toril tendrá sus razones para alinear a un jugador o a otro, para plantear un tipo de sistema o el contrario. La prueba del algodón son los resultados y, al final de Liga, se verá si la supera. Hoy por hoy la nota no es alta.

Podrá alegar que se crearon más expectativas de las que puede dar este equipo, hacer un análisis pormenorizado de si ha sacado el rendimiento que se espera de la plantilla que tiene en sus manos, pero también deberá analizar que se siguen cometiendo los mismos errores defensivos, en la jornada 33, de comienzo de temporada, que al equipo le cuesta atacar a conjuntoss que se cierran y que con el paso de los meses no se ha progresado de forma adecuada con las mimbres que se tienen. Pero antes, es mejor callar, y no lanzar la piedra y esconder la mano.